La semana pasada les hablé de este antiguo barrio de Cuernavaca, uno de los once barrios que se mencionan en los Códices Fundacionales de Cuernavaca que se encuentran en la Biblioteca Nacional de París y que datan de entre 1532 y 1552. Les hablé de su capilla ya desaparecida, de sus jardines y casas, de algunos lugares, de sus calles y de sus nombres antiguos, señalando que la calle general Francisco Leyva era el eje de este barrio.

Continúo con el relato, pero antes quiero recordarles que el término barrio ha quedado en desuso y que ahora hablamos de colonias. Barrio es un término de origen árabe hispánico que proviene del árabe vulgar “barri”, que significa ‘del campo abierto, de una zona abierta’, y del árabe “barr”, que quiere decir ‘afueras, campo abierto, zona abierta’, lo cual está muy apegado a lo que era nuestro Barrio de Santo Cristo, un lugar abierto, con mucho campo y huertos a las afueras de la ciudad de Cuernavaca. De hecho, eran tres los barrios que se encontraban en el lado sur de la ciudad entre barrancas y sus iglesias y que se asentaron en la parte alta de las lomas: Santo Cristo, San Francisco y San Pablo.

En la parte trasera del Palacio de Cortés, en los años cincuenta y sesenta, estuvo la oficina de tránsito y la base de bomberos, posteriormente se construyó en ese lugar la discoteca Kaova y actualmente se encuentra el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos. También en esa parte, en las calles de Leyva y Las Casas estuvieron las terminales de varias empresas camioneras, por lo que surgieron en esa zona pequeños hoteles de muy baja categoría.

En la esquina de la calle de Leyva con Abasolo existió una casa que en 1945 perteneció al señor Felipe García Eguino, y que en 1950 se la vendió a un prominente hombre de negocios norteamericano llamado John White. A la muerte de Mr. White los hijos la rentaron a una señora de apellido Connors, quien la convirtió en “Posada Arcadia”, que después se convirtió en “Posada Xochiquétzal” y posteriormente en “Posada María Cristina”. Este hotel terminó en un litigio. Los ocupantes fueron desalojados hace unos 20 años, todos los muebles y equipos terminaron en la calle de Abasolo. El edificio fue demolido en su interior para que no fuera nuevamente ocupado, y así ha permanecido por varios años, abandonado. Hace pocos años, más al sur, otra de las hermosas casas fue convertida en hotel y lleva por nombre “María Emilia”.

En la esquina de Cuautemotzín y Leyva, en los años setenta, estuvieron por varios años las oficinas de la SAHOP, que era la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (SAHOP), creada por el presidente José López Portillo en 1976. Esta secretaría después se convirtió en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Actualmente en ese edificio operan las oficinas de la Procuraduría Agraria.

En la casa en donde he vivido, en la calle de Leyva también existieron dos negocios. La propiedad perteneció a mi abuelo materno, que quizás la compró alrededor del año de 1950, en esta, ya existía una casa con alberca construida cerca del año de 1930. Cuando mis padres se casaron en 1956, mi abuelo se las regaló y mi padre utilizó parte del terreno para su empresa de miel, que se llamaba “Miel Perla”. Mi padre tenía los cajones de las abejas en Axochiapan, Morelos, en Atotonilco, Michoacán y en otros lugares. Aquí en Cuernavaca es donde envasaba la miel. También tuvo mi padre en los años sesenta una imprenta que se llamó “Tlahuica” y ahí es donde imprimió en 1965 su libro “Cuernavaca, Visión Retrospectiva de una Ciudad”, también publicó en 1969 una edición del libro de Domingo Diez “Bosquejo Histórico Geográfico de Morelos”, además de que imprimía volantes, blocs de notas, y otros productos propios de una imprenta de esa época.

En los años sesentas esta calle seguía siendo de doble sentido, aunque con poco tránsito, así que era común ver a los niños de las vecindades jugar futbol en la calle, tomando como portería alguno de los zaguanes de las residencias. En época de posadas las familias se organizaban y salían a las calles a realizar las procesiones y romper las piñatas. Algunos tramos de la calle se cerraban completamente, como la calle Francisco Bocanegra para realizar las actividades propias de esa época decembrina.

Varias familias distinguidas de Cuernavaca vivieron y crecieron en este barrio, como los Abe, los Castillo Pombo, la familia Mújica, los Herrera Hernández y la familia del arquitecto Felipe Jardel, quien por cierto tenía caballerizas, ya que le gustaba mucho la charrería.

Hace unos 30 años se instaló en esta calle de Leyva un Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, también conocidos como mormones, cuya sede se encuentra en Utah, Estados Unidos. Por esa zona también se encuentran las oficinas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), agrupación que existe desde 1943.

Como todo barrio o colonia, el de Santo Cristo ha evolucionado, los vecinos y sus negocios han cambiado, ha ido perdiendo su tranquilidad, sus tradiciones, así como sus hermosos jardines. Sin embargo, siempre recordaré con cariño el pasado de este hermoso barrio cuernavacense.

Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.

En la misma calle de Leyva han existido diferentes negocios, por ejemplo: en los años sesenta y setenta existió una fábrica de artículos de plástico, como cubetas, recogedores, escobas, etc. Al desaparecer esa empresa ese lugar ha sido utilizado como bodegas.

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