En la década de 1930, el estado de Morelos y principalmente Cuernavaca comenzó a ser visitada por una gran cantidad de nacionales y extranjeros que buscaban disolver sus matrimonios, muchos de ellos vinculados con la familia real europea, artistas de Hollywood, prominentes políticos, escritores, empresarios y deportistas entre otros.

Todo comenzó el 15 de agosto de 1927, al publicarse en el Periódico Oficial del Estado número 249, la Ley de Divorcio, que después sería conocida como “Código Puente” o “Ley Puente”, debido a que había sido promulgada por el gobernador interino Ambrosio Puente (1927-1930).

En dicha Ley se estipulaba que después de un año de matrimonio, el divorcio voluntario podría ser interpuesto ante un juez competente (Art. 2.I), aunque “…el acto del que se trataba de disolver hubiera sido efectuado fuera del estado” (Art. 4º). 

La terminación de la unión podía ser solicitada por ambos cónyuges o por uno solo (Art. 3º), pero casi siempre se realizaba por uno solo. 

Otro aspecto clave fue que no se exigía el requisito previo de residencia del cónyuge demandante en el lugar donde se iba a tramitar el juicio.

La promulgación de esta ley tenía un fin encubierto, que era recuperar la economía del estado ya que sería una importante fuente de ingresos para alimentar las raquíticas arcas del gobierno morelense.

Con esta ley, los abogados encargados de los juicios también recibirían importantes sumas de dinero por los honorarios recibidos. Así pues, muchas personas aprovecharon las bondades de esta ley para divorciarse “al vapor”, por lo que visitaron nuestro estado y particularmente a Cuernavaca para realizar ese trámite.

Uno de los casos más famosos que se recuerdan y que se difundieron en los tabloides amarillistas de la época, fue el siguiente:

El de Lady Mountbatten (Edwina Cynthia Annette Mountbatten, condesa Mountbatten de Birmania), prima política del príncipe de Gales, quien vino a Cuernavaca a mediados de 1931, para divorciarse de su esposo,  Lord Luis Mountbatten, que en 1947 sería nombrado primer Gobernador General de la Unión de la India.. Se habían casado en 1922 y aunque Edwina tenía una vida privilegiada rodeada de lujos, placeres y frivolidades, generaba numerosos escándalos, pues vivía constantes y “decadentes” aventuras con sus amantes, como su famoso romance con Jawaharlal Nehru, quien sería primer ministro de la India entre 1947 y 1964. A mediados de 1930, la condesa se embarcó para desaparecer por un largo tiempo en el mar sin que nadie supiera de su paradero. Vino a América y llegó a Cuernavaca en 1931 atraída por la fama de los fáciles divorcios, a fin de separarse de su Alteza Serenísima Príncipe Luis, como era designado en la India.

Otro divorcio famoso fue el de Evelyn Walsh McLean, quien perteneció a una prominente familia de Washington y se había casado en 1908 con el editor del Washington Post, Edwar McLean. Ellos disolvieron su matrimonio en Cuernavaca en 1931.

El 3 de mayo de 1942 fue publicado el Edicto promovido por Neftalí Ricardo Reyes, quien era nada más y nada menos que el destacado poeta chileno que utilizaba el pseudónimo de Pablo Neruda (1914-1973). Dicho Edicto era  para divorciarse de su primera esposa, la holandesa Maria Antonia Hagenaar  Vogelzang (Conocida como Maruca), con quien se había casado en 1930.

En 1947, Agustín Lara con Carmen Zozaya. En 1949, el boxeador de peso completo Joe Louis con Marva Trotter. También en 1949, la hermosísima artista de Hollywood, Paulette Goddard con Oliver Burgess, actor que logró fama al interpretar al famoso villano “El Pingüino”, en la serie de televisión de “Batman”. Otro divorcio de 1949 fue el del hijo de Franklin D. Roosevelt, Elliot Roosevelt quien se divorció de la famosa actriz de cine y televisión Faye Emerson. 

En 1951 vino a Cuernavaca Barbara Woolworth Hutton, heredera la cadena de tiendas que llevan su apellido, para divorciarse de su cuarto esposo, Igor Troubetzkoy, príncipe ruso y corredor de autos de carreras.

Los divorcios realizados en Cuernavaca terminaron siendo motivo de litigios y reclamaciones ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En 1952 el entonces candidato al gobierno del estado, general Rodolfo López de Nava, prometió que si ganaba las elecciones eliminaría esa polémica ley, y así lo hizo, con lo que se dio fin a un largo periodo de “divorcios al vapor”.

Del cronista
Valentín López G. Aranda
opinion@diariodemorelos.com

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