El pasado 6 de agosto se presentó en una conferencia por zoom el libro que enunciamos y daremos cuenta en esta nota de las ideas más importantes que ahí se anotaron. 

La primera participante fue María Helena González (MHG), ella señaló que el libro mereció la edición impresa en papel (dado que se presentaba y circula por ahora solo en el mundo virtual). Las fotografías son un referente de los movimientos sociales y de la historia del arte: implican que el arte debe ser una copia de la realidad y así, para las fotografías, ellas son referentes en el imaginario artístico, aunque el retrato surge en la pintura en el flamenco florentino.

De Emiliano Zapata suelen repetirse con profusión de 8 a 10 fotografías, las imágenes tienen vida paralela a la de la historia narrada, por ejemplo: el cuadro de Chaires en la exposición en el palacio de las Bellas Artes el año pasado. Al referirse a la foto de Josefa Espejo, dijo que falta la perspectiva de género para los estudios zapatistas. A su juicio, también faltan en el libro comentarios sobre las fotografías. 

Siguió diciendo MHG que Samuel Brunck en su libro “Trayectoria histórica de Zapata” al referirse al Manifiesto del 15 de abril de 1919, ya se habla de Zapata como el apóstol del agrarismo, representante de la raza indígena, inconmovible, inmaculado, inquebrantable. Su muerte provocó indignaciones viriles, en ese manifiesto se compara a Zapata con Hidalgo y Morelos y se dice de él que puede vivir tranquilo su vida inmortal. MHG señaló también que en las fotos de los veteranos que aparecen en el libro, se pierden sus nombres. Emiliano Zapata destaca en los pintores que lo representan por sus cejas pobladas y su rostro moreno; Zapata escasamente se ríe en sus imágenes. MHG proporcionó también los nombres de los fotógrafos de las 8 imágenes más conocidas de Zapata, además de señalar que en esas imágenes se trata de un dandy rural, quien a partir del encuentro en Xochimilco con Francisco Villa gastaba en sesiones de fotos y vestía bien, con espuelas finas, posando con símbolos de poder que son las armas.

Las prendas de vestir que Zapata llevaba puestas al morir las pudimos ver en la reciente exposición del Jardín de la Borda y están retratadas en el libro que comentamos, con manchas hemáticas muy vivas que se han ido perdiendo, igual que sus sombras en la fotografía. Las representaciones pictóricas de Zapata como en particular la muy conocida de Gironella, tomada de la foto del hotel Moctezuma hecha al general Zapata, son una metonimia o una sinécdoque para hablar de los atributos del caudillo: sombrero, cananas y rifle. Con ello ya no es necesario representar el rostro, las calaveras en el piso representan a los muertos en la Revolución. En otro cuadro, el de Salomón González (que se encuentra en el museo de Anenecuilco) la representación del rostro de Zapata es kitsch o naive y recuerda al cuadro “Nuestra imagen actual” de Siqueiros.

Respecto a las esculturas de Zapata, algunas de ellas retratadas en el libro, MHG explica que la escultura de Rómulo Rozo donde le acompaña un indígena cabizbajo, remite a una iconografía mexicanista. Zapata a caballo, que da pie a la estatuaria oficial, recuerda la escultura que el gobernador Carlos Lavín en 1930 manda edificar y en esa escultura hasta parece que Zapata posa para la foto. Por último, MHG habló de una foto en la que Zapata va saliendo del Jardín de la Borda, acompañado de otro sujeto que le acompaña a su derecha, a quien la comentarista identifica como Francisco I. Madero. Esto permitió los comentarios de Valentín López G. Aranda, cronista que afirmó y sostiene que no es Madero quien le acompaña, en lo cual sabemos le asiste la razón pues las dimensiones antropométricas de ese sujeto no corresponden a las de don Panchito, además de que, al poseer otras fotos de esa ocasión, Madero vestía de otra forma. Y buena ha sido la discusión de este tópico, iniciada durante la misma presentación del libro en tiempo real.

Como dijo para terminar la misma MHG: la fotografía es un documento siempre abierto a las interpretaciones de quienes la contemplan.

El segundo comentarista fue el Dr. Felipe Ávila, director del INEHRM, quien declaró que el libro es iniciativa del 2019, Año de Zapata proclamado por el gobierno de la república y el INEHRM se unió a este esfuerzo productivo. Para él la Revolución habría sido solo una revolución democrática, pero tuvo cambios políticos, económicos y sociales por la heroicidad de Emiliano Zapata y el zapatismo. Su contribución más importante fue el cambio más radical de la historia de México. El zapatismo fue derrotado. Los verdaderos vencedores no pudieron eludir sus demandas. Los actores populares que luchan pos sus demandas se identifican con el zapatismo. Esto explica la persistencia del zapatismo y de Emiliano Zapata, todavía es vigente que “¡Zapata vive, la lucha sigue!”, que es hoy una especie de mantra, que expresa su significado histórico para los sectores populares.

El libro se hace para ver gráficamente en un libro condensando a Emiliano Zapata con las imágenes representativas de su familia, sus compañeros, hermanas, hijos, combatientes a su lado: esto es, para plasmar visualmente a este héroe popular. Se aprovechó el centenario de la muerte de Emiliano Zapata por el presidente (AMLO) para expresa que compartía los ideales agrarios. Emiliano Zapata es el padre fundador del México moderno.

El titular de la cátedra “Emiliano Zapata” en la Universidad de Chapingo para esta presentación leyó la carta de John Womack que constituye la presentación del libro. 

Por: EDUARDO BELLO OCAMPO  /  bellocampo@yahoo.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp