Huitzilac, Morelos Rafael Vargas Muñoz, alcalde del municipio de Huitzilac, está a punto de concluir su mandato dejando una deuda de más de dos millones de pesos por violar gran parte de las normas ambientales con el tiradero a cielo abierto del paraje “El Tezontle”, y sin lograr reducir la inseguridad y violencia en esta localidad.
La multa, derivada de la sanción impuesta por la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Morelos (Propaem), corresponde a graves violaciones ambientales. A pesar de que esta sanción fue emitida en 2023, el edil ha admitido que no se ha pagado ni un solo peso y que la administración no está en condiciones de saldarla, lo que podría obligar a la siguiente administración a heredar este pasivo.
Vargas Muñoz también aseguró que dicho basurero ya no está en funcionamiento, aunque no ofreció una explicación clara sobre el destino actual de los residuos sólidos del municipio.
Además de la deuda económica, el alcalde deja sin solución la problemática de inseguridad y violencia que aqueja a Huitzilac. El edil se deslindó de su responsabilidad al señalar que la inseguridad es un problema histórico que debe resolver la Fiscalía General, y reconoció que los altos índices de violencia han provocado una disminución en el número de visitantes. A pesar de su mandato, no hubo una reducción significativa en los niveles de inseguridad en el municipio.
Otro de los retos que no logró controlar fue la tala clandestina, un problema que afecta gravemente los recursos naturales de la región. Vargas Muñoz justificó su incapacidad para combatir este delito argumentando que la madera es trasladada a otros estados, y afirmó desconocer el número de hectáreas afectadas en los últimos años.
Finalmente, la venta excesiva de bebidas alcohólicas y las constantes riñas entre motociclistas, especialmente los fines de semana en el paradero de Tres Marías, también serán problemas heredados a la próxima administración. Vargas Muñoz ha tolerado estas actividades, llegando a describir la anarquía provocada por los motociclistas como “la joya de la corona en Huitzilac”.