El 25 de octubre se conmemora el Día Mundial de las Personas de Talla Baja, una jornada dedicada a concientizar sobre las dificultades que enfrentan aquellos con displasias esqueléticas, como la acondroplasia. Este día busca visibilizar sus historias y fomentar su inclusión en la sociedad, garantizando así una mejor calidad de vida para todos.
La celebración de este día nació en México en 2013, en honor al natalicio de William John Bertanzetti, conocido como Billy Barty, un actor estadounidense que medía 1,14 metros. Barty fue pionero en la defensa de los derechos de las personas de talla baja, y en 1957 fundó la sociedad Little People of America (LPA), que sigue activa, proporcionando apoyo y recursos a quienes padecen enanismo.
La LPA trabaja para asegurar la inclusión de las personas de talla baja en áreas como la educación, el empleo y la salud, además de sensibilizar sobre los productos de adaptación necesarios para su bienestar. A menudo, las personas con esta condición enfrentan discriminación y estigmas, lo que hace esencial cambiar la narrativa hacia un enfoque más respetuoso y comprensivo.
Las condiciones de talla baja afectan el desarrollo óseo y cartilaginoso, resultando en alteraciones en la forma de las extremidades y el tronco. Una de las patologías más comunes es la acondroplasia, que impide el crecimiento normal del esqueleto.
Este día es una oportunidad para reflexionar sobre las barreras arquitectónicas y sociales que limitan la participación plena de estas personas en la vida cotidiana. Es fundamental promover cambios que garanticen accesibilidad en espacios públicos y privados, contribuyendo a un entorno más inclusivo para todos.
La conmemoración del Día Mundial de las Personas de Talla Baja nos invita a ser aliados en la lucha por la igualdad y a reconocer la dignidad de cada individuo, sin importar su estatura.
