Recientemente en internet se ha buscado visibilizar una problemática dentro de la comunidad del cual casi no se habla: el riesgo suicida en la población adulta.

Según los expertos, las personas con autismo tienen mayor probabilidad de presentar problemas de regulación emocional de manera bastante alta, hasta cuatro veces mayor que la población general (además de conductas de riesgo suicida), siendo un fenómeno especialmente preocupante en esta población.

¿Por qué sucede esto?

Hasta el momento, los mecanismos que explican la relación entre el riesgo suicida y el autismo han sido poco estudiados hasta la fecha, lo que genera mayor preocupación, ya que al no tener estudios oficiales sobre la prevalencia del suicidio en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), diversos estudios independientes han trabajado de forma privada y advierten que las conductas suicidas son significativamente comunes dentro de esta población.

Según las investigaciones más recientes, este tipo de ideas en algunos casos se presentan desde los 7 años. El riesgo de suicidio en menores con autismo puede triplicar al de niños neurotípicos. Esta tendencia se acentúa en la adolescencia y adultez temprana, etapas en las que los intentos de suicidio son considerablemente más frecuentes en jóvenes con TEA.

En la adultez, se ha observado una alta prevalencia de ideación, planificación y conductas suicidas en personas con autismo, sobre todo en aquellas que poseen un IQ más alto. En estos casos, los antecedentes de depresión y ciertos rasgos propios del espectro, como las dificultades en la interacción social o la rigidez cognitiva, son considerados factores de riesgo importantes.

¿En qué porcentaje se presenta esta problemática?

La variabilidad en la prevalencia de ideación suicida en personas con autismo es amplia, con estudios que reportan cifras que van del 11% al 66%, e incluso algunos estiman que podría alcanzar el 72%.

Por otro lado, las conductas autolesivas también presentan cifras alarmantes. Análisis recientes indican una prevalencia de autolesiones en un 42% de personas con TEA, sin distinción de edad o coeficiente intelectual. Además, se estima que el 65% de los adultos autistas han presentado autolesiones sin ideación suicida en algún momento de su vida. Según expertos, este comportamiento representa un factor de riesgo importante, ya que los antecedentes de autolesiones pueden derivar en conductas suicidas futuras.

¿Qué se debe hacer?

Los especialistas coinciden en que estas cifras evidencian la necesidad urgente de mayor investigación, prevención específica y estrategias de acompañamiento adecuadas para las personas con autismo, tanto en el ámbito clínico como en el educativo y social.

 

junio  2025  - CDI Morelos

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