A primera vista, los resultados con la criptomoneda podrían superar al de un negocio.

Aunque Bitcoin alcanzó en este 2020 su máximo histórico, al posicionarse apenas por debajo de los 30.000 dólares, muchos empresarios todavía muestran su escepticismo respecto a la inversión en la criptomoneda y los réditos que puede brindarle en comparación al emprendimiento de otros negocios. Cabe considerar que actualmente muchos de los que compraron estas criptodivisas con muchos años de anterioridad hoy ven incrementos del doble, triple o mucho más de su valor, mientras que los empresarios deben recurrir a los préstamos relámpago.

Un punto a considerar es la diferencia de perfiles entre un bitcoiner y un empresario latinoamericano convencional. Esto lleva a que un inversor promedio en Bitcoin sea considerado conservador a la vez que innovador en el mercado empresarial tradicional. Esto debido al vertiginoso mundo de esta criptomonedas, donde muchos de sus poseyentes apuestan constantemente sus inversiones confiados en su rápido desarrollo.

Parte de las características que diferencian es que los empresarios suelen conocer el negocio durante muchos años, tienen contactos en su rubro e incluso en el Gobierno. Sus inversiones están regidas por las predicciones del dólar estadounidense y los bienes con probables utilidades futuras incluso fuera de su país. Vive más en sociedad y en la intuición que en el análisis técnico. Básicamente porque en Latinoamérica, a diferencia de Estados Unidos y Europa, los márgenes de ganancias son bastante mayores, alcanzando un 30%, 40%, 50% o hasta un 100%. No existe una competencia demoledora como en esas partes del mundo.

Muchos de estos empresarios tradicionales prefieren formar parte de negocios con una ganancia promedio constante y desconfían del bitcoin como medio de inversión. Según apunta el especialista Gustavo Godoy, el gran error de muchas personas es ver al Bitcoin como un negocio, pues no es comparable a la generación de riquezas a partir del trabajo y el emprendimiento y construcción de una empresa. En este último caso aconseja que si la empresa cuenta con un capital adicional en alguna cuenta del exterior que gana menos de 6% anualmente, el  Bitcoin es una alternativa bastante rentable. En otras palabras, Bitcoin no puede tomarse como un esquema para hacerse rico rápidamente.

El analista ejerce una crítica a los bitcoiners que ven a la criptodivisa como una manera de ganar dinero sin trabajar, en una especie de boleto de la fortuna. Más bien recomienda que el Bitcoin sea una inversión paralela al trabajo cotidiano, pues esta criptomoneda nunca va a reemplazarlo. Además, que si el usuario no está tan confiado en los beneficios que pueda generarle, es mejor que no opte por ella. Es mejor, si la curiosidad es amplia, hacer una revisión de los diferentes sitios que ofrecen bitcoins para no caer en una pésima inversión y perder todo el dinero.

Si estás en el mundo empresarial  y quieres comenzar a invertir en criptomonedas, será mejor que sigas un pequeño pero efectivo curso antes de ingresar. Eso sí, elige bien el que tomarás, pues muchos de ellos cuestan caro y no hacen más que ofrecerte obviedades y promesas huecas. Asesórate bien antes de tomar una decisión, pues lo ideal es que la inversión sea lo mínima posible para que aproveches la inesperada pero creciente rentabilidad que ofrecen las criptodivisas.

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