El sobreendeudamiento, una situación en la que los ingresos de una persona ya no son suficientes para cubrir sus deudas y necesidades básicas, es un problema que afecta a millones de mexicanos. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares 2019 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 5.8 por ciento de los mexicanos califica su nivel de endeudamiento como alto, y el 2.7 por ciento lo considera excesivo.
Sin embargo, para quienes enfrentan esta situación, hay una luz al final del túnel. Diversas tiendas departamentales e instituciones financieras, como Coppel, Elektra y otros, ofrecen alternativas para liquidar deudas, una de las cuales es la condonación o quita.
La quita es un acuerdo propuesto por el acreedor para permitir a los deudores saldar su deuda mediante un descuento. Por ejemplo, si alguien debe 50,000 pesos, el acreedor podría ofrecer liquidar la deuda con tan solo 20,000 pesos, según explicó Javier Ruiz Galindo Gutiérrez, co-fundador de la reparadora de crédito Curadeuda.
Sin embargo, no todas las deudas son candidatas a una quita. Este enfoque se utiliza cuando el deudor ya no puede realizar los pagos mensuales y es una técnica de recuperación para los acreedores. Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), la quita puede representar un descuento de hasta el 80 por ciento del monto total adeudado.
A pesar de las ventajas de la quita, no es una solución mágica y conlleva ciertas desventajas. El no pagar una deuda puede afectar el historial crediticio de una persona, dificultando la obtención de nuevos préstamos o productos financieros en el futuro. Además, el acuerdo de quita se refleja en el Buró de Crédito como una clave 97, que indica que la deuda fue liquidada con un descuento, y esta información permanece en el historial crediticio durante seis años.
Otras alternativas al sobreendeudamiento incluyen la consolidación de deuda y la reestructuración. La consolidación de deuda permite transferir el saldo de varias tarjetas de crédito a una sola, lo que puede reducir comisiones anuales. Por otro lado, la reestructuración implica llegar a un acuerdo con la institución financiera para ampliar el plazo, reducir la tasa de interés o establecer pagos fijos.
Es importante recordar que, aunque estas alternativas pueden ser útiles, se deben utilizar con precaución y bajo asesoramiento adecuado. En cualquier caso, es fundamental comunicarse con el acreedor para discutir opciones antes de que la situación de deuda se vuelva insostenible.