El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado la presión económica sobre China al imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas, mexicanas y canadienses. Esta medida busca contrarrestar lo que la administración considera prácticas comerciales desleales por parte de China.
En respuesta, China ha reafirmado su disposición a enfrentar cualquier forma de conflicto económico o comercial con Estados Unidos. Durante la sesión legislativa anual, el primer ministro Li Qiang anunció planes para impulsar la economía en un 5%, aumentar el gasto militar en un 7.2% y promover la autosuficiencia y el consumo interno. Además, China se centra en el avance tecnológico y en reducir la dependencia de importaciones extranjeras, con líderes expresando su disposición a enfrentar un entorno externo complejo.
Mientras tanto, los países miembros de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) están fortaleciendo su alianza en respuesta a las amenazas arancelarias de Trump, quien ha advertido con imponer aranceles del 100% a sus productos. Aunque la propuesta de una moneda común ha avanzado poco debido a las reservas de China e India, el grupo está aumentando el comercio en monedas locales para eludir sanciones y reducir la dependencia del dólar estadounidense.
Estas acciones y reacciones reflejan una escalada en las tensiones comerciales globales, con implicaciones significativas para la economía mundial.
