Para juguetear y disfrutar un poco de alguna de tantas cuestiones ajenas a “La Grilla”, la Política, la Politiquería, el Gobierno y todas esas cuestiones relacionadas con las instituciones, las cuestiones sociales y de otra naturaleza por el estilo, Amable Lector por favor échese un clavado en este Artículo para ver si sus remembranzas y posibles sabores y olores están no sólo en su memoria sino aún en el paladar por aquellos que dejaron de practicar el consumo y desde luego, por quienes son consumidores de ocasión, sociales, viciosos o empedernidos… Hablemos de los cigarros, sus olores, sus sabores y desde luego, sus daños comprobados que sin duda nos causan… Cualesquiera tipo de cigarro que contenga tabaco a corto, mediano o largo plazo prohíja daños que van desde el simple mal olor a los movimientos de la presión arterial, a las afectaciones de la condición física y desde luego al permanente temor y posible terror por el avasallante cáncer… Sin embargo y más allá de ello, hoy dejo aquí recuerdos por los cigarrillos que desde lejanos tiempos cuando no se hablaba de sus daños surgieron para el gusto de los fumadores, en principio estos en forma domestica como los de arroz y algunas otras pajas o hierbas hasta llegar al tabaco y su industrialización cigarrera… He aquí algunas de las marcas de cigarros que sin duda todos conocimos parcial o totalmente… Como no recordar los viejos Carmencitas que algunos llamaban Carmelitas presentados en su bien hecha cajetilla de papel blanco por dentro e impreso con su nombre en su exterior entre azul y blanco; luego vinieron los Tigres con el mismo tipo de papel bien formaditos y empaquetados con sus colores entre amarillo, negro y naranja y el rostro de un feroz tigre; en competencia de estos, los empresarios sacaron al mercado los famosos Leones con el mismo tipo de envoltura y la figura de un feroz león melenudo entre negro, rojo y amarillo; ya vendrían con mayor cantidad y mejor presentación los famosos Alas Azules que empezaron a ser envueltos en su presentación de papel con papel celofán y luego los Alas Extra mayores y mejor presentados; para no ser menos aparecieron los grandes cigarrillos de ‘carita’ de mayor tamaño y ovalados en una cajetilla que se veía ancha y plana que prácticamente desbancó a los demás: los cigarros Delicados… A cual más de todas las marcas citadas fueron de buen tabaco con poco procesamiento y por lo tanto como se decía en el argot de los fumadores -bien que me acuerdo y me lo contaron, ¡ajá!- eran de sabor fuerte, humo penetrante y “si se le daba el golpe” amén de más fuerte también mareante… Para no ser hipócrita a todos esos le entré, pues a los 6 años mi amigo de la infancia Eufemio, le robaba un cigarrito Carmencita a su mamá que era fumadora contumaz y a escondidas nos íbamos a “chuparlos” o fumarlos como dicen los fumadores… Pronto vinieron allá por fines de la década de los 40s’ o principios de los 50s’ los avasallantes cigarros Campeones que pronto tuvieron competencia con los de la cajetilla amarilla llamados Casinos los cuales prohijaron el arrancadero de la competencia de colores en las cajetillas pues pronto llegaron los rojos Belmont y a su vez no desbancados pero si competidos por los coloridos Rialtos y luego de presunta mayor calidad por su procesamiento y presentación los Montecarlo Blancos Extra o Verdes de atractiva cajetilla… El mercado de las cigarreras se extendió en México y entró a la competencia con fuertes marcas que invadieron el comercio que impusieron moda, de los cuales haremos mención en nuestra siguiente entrega… Continuará. ¡Hasta mañana que será un día más!

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