Con el respeto debido, por todos aquellos que partieron al viaje sin retorno, dejo estas Obras Poético-Literarias-Tanatológicas, de mi autoría, en ánimo de fortalecer a los dolientes.

REQUIEM.
Autor: Pablo Rubén Villalobos.
Cuando muera,
¡Por fin que esa libertad,
sea con dignidad y honor,
con paz y tranquilidad!

Cuando muera,
¡Físicamente me alejo
y en esencia lo mejor,
de mi espíritu les dejo!

Cuando muera,
¡Sólo pido una canción,
de recuerdo en mi memoria...!
¡Y alguna bella oración!

Cuando muera,
¡Que nadie sienta temores...!
¡Que se olviden las angustias
y perdonen mis errores!

Cuando muera,
¡No quiero dolor ni llanto!
¡Sí una flor y una sonrisa...!
¡Sin luto en el Camposanto!

Cuando muera,
¡Que nadie pierda la calma...!
Con un ánimo tranquilo,
¡Dejen que descanse mi alma!

Cuando muera,
¡Les diré por despedida
que ese paso hacía la muerte...!
¡Sólo es parte de la vida!

Cuando muera,
¡Le daré gracias a Dios,
con profunda devoción
por todo lo que me dio!

Cuando muera,
¡No tarden con mis despojos!
¡Cobíjenme con la tierra
y una lágrima en los ojos!

Cuando muera,
si mi petición no abruma,
de vez en cuando una flor,
¡Deposítenla en mi tumba!

Cuando muera,
en medio de estos anhelos,
díganme adiós con un... ¡Padre
Nuestro Que Estás En Los Cielos...!

ESPEJO. La Despedida.
Autor: Pablo Rubén Villalobos.

Le vi.
Con las manos enlazadas en el pecho,
con el gesto gentil de su sonrisa,
ya frenada la carrera... Sin regreso...
Sin presiones, sin angustias y sin prisas.
Largamente durante horas ese día,
que al final se formaron con la noche,
en sus ojos hurgué, más solo había:
¡Paz y ternura, sin ningún reproche!
Y aun así le hablé de mis congojas,
con nobles argumentos ahí sentidos,
de su largo penar, de tantas cosas...
De los años de dolor y los floridos.

Le vi.
Tantas veces que pedí de nuevo,
el poder escucharle, que me hablara,
de aquellas, tantas cosas del recuerdo...
Más no hubo eco en su boca que callaba.

Y hablé no se de cuantos sentimientos,
de cariño y amor, que no se acaban...
Fue aquel un soliloquio y pensamientos
del Mea Culpa, del ¿Por qué?, del ¿Dónde
estaba?

¿Cuánto hablé? ¿Cuánto pensé?
¡No lo recuerdo...!
Hoy sólo sé que ahí, yo solo estaba,
con tristeza mirando aquel su cuerpo,
mientras mi Ser Amado descansaba.

Le vi.
Con dolor en los ojos doloridos,
por las lágrimas del tanto no llorar...
sus manos estrujadas, sin abrigo...
Y oración y bendiciones en mi hablar.

Y le hable del ayer y del mañana,
que entre ambos parecían tan seguros,
cortados por el sueño, sin mañana,
que es eterno, como eterno es el futuro.

¡Y vi la tierra que envolvió su cuerpo,
puño a puño con su manto de piedad..!
¡Su espíritu, alma y cuerpo son
recuerdo..!
¡Que acompañan a su vez, mi soledad!

RESPETO Y HONOR.
Autor: Pablo Rubén Villalobos.

¡No llores más a tus muertos...!
¡No los invoque ya más...!
¡Recuérdalos con respeto...!
¡Pide a Dios que estén en paz!

¡Ellos, sin duda han partido,
a ese viaje sin regreso...!
¡Goza lo mucho vivido
con cada uno, en tu universo!

¡Y nunca dejes que mueran,
en tu amor y sentimientos...!
¡Diario en tu oración recuerda
a cada uno de tus muertos!

Si puedes, en ceremonias,
por éxitos y virtudes,
rinde honor en su memoria...
¡Siémbralos en juventudes!

¡Pídele a Dios, cada que ores,
el manto de su piedad
por ellos, y no los llores...!
¡Sólo así estarán en paz!
¡Hasta mañana que
será un día más!
 

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