Obituario…¡Hasta pronto don Fortino..! El año 2015 fuimos a Mexicali por los congresos nacionales de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y el Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo… Tras larga jornada, el viernes por la noche quedamos con Teodoro Rentería Villa de reunirnos en cierto Restaurante de esa Ciudad… En coincidencia, los septuagenarios Fortino Rentería Arróyave, Francisco Miguel Cortés y este Escribano, acordamos vernos para encontrarnos con Teodoro, quien allá compartía con otros periodistas… Al Taxista le explicamos cual era el lugar y confiamos en él para llevarnos… Eran casi las 10 de la noche… La plática entre Fortino, Francisco Miguel y Yo, transcurrió con temas relacionados al Congreso… Ninguno vigiló la ruta del Taxista, quien solamente nos dijo: ¡Ya llegamos, ahí está el lugar..! Cuando nos dimos cuenta luego de pagar el servicio, quedamos solos a cierta distancia del presunto Restaurante que nos dijo Teodoro… Nos acercamos a la puerta extrañados por la soledad del área y la semiobscuridad; llegamos a la entrada, reflexionamos y preguntamos antes de pasar, porque el sitio resultó ser un Antro al cual no entramos porque nos dio “mala espina”… Preguntamos al encargado como conseguir un taxi porque el “nuestro” ya se había ido y seco nos dijo: “Ahí, en la Avenida puede pasar uno”… Caminamos hacia allá y por intuición consideramos prudente atravesar la Calzada de cuatro carriles en cada sentido… La luz era tenue… Nuestros comentarios versaron sobre la preocupación de estar ahí, casi a la media noche… No se veía ni un alma, sino sólo a la distancia de casi 150 metros la Entrada del Tugurio, donde sólo se movía, el que nos dijo: “Tengan cuidado”… Hasta entonces entendimos el porqué de la recomendación, pues la vialidad vehicular era inexistente… Muy a lo lejos se veían lucecillas que parecían ser las de Mexicali… Pasaron los minutos y salvo algún vehículo esporádico, ni por asomo hubo un taxi, lo cual acrecentó la preocupación que sin dudas expresamos Francisco, Fortino y Yo… 30 ó 40 minutos que nos parecieron una eternidad, estuvimos esperando el vehículo que nos pudiera transportar… Quién sabe de dónde surgió la unidad que resultó ser un taxi sin identificación, que simplemente frenó el Chofer porque pensó que podríamos necesitar su servicio, que desde luego y sin ninguna reflexión aceptamos por la voz amable del taxista… Cortés y Rentería se subieron a la parte posterior del vehículo, mientras yo, Pablo Rubén, me senté junto al Chofer, quien sin más burlonamente nos dijo a los tres septuagenarios bien vestidos, perdidos por aquellos rumbos… “Y estos pinches pubertos que andan haciendo por estos pinches y peligrosos rumbos”... La carcajada fue general, pues ninguno de los tres nos sentimos ofendidos; por el contrario, le dimos las gracias pidiéndole que nos llevara a donde aún nos estaría esperando Teodoro Rentería Villa… La charla fue amena pero aleccionadora por lo peligroso del lugar… El recorrido fue tan largo que cuando llegamos al lugar, Teodoro ya estaba solo y desesperado por los múltiples telefonemas que tuvimos con él, pues esa Ciudad, tenía sus referencias singulares por cuestiones de la inseguridad… Cuando el Taxista nos dejó y nos cobró, no escatimamos el costo, por el contrario se lo pagamos con creces y en son de burla nos dijo tras las buenas noches… “¡Cuídense Pubertos.!” La carcajada fue generosa y debo decirles que ninguno de los tres se dio por ofendido por aquella irónica comparación que narramos de inmediato a Teodoro, quien se quedó atónito por lo que nos pasó… Ahí, sólo nos alcanzó el rato para echarnos un relajante trago que nos sirvió para atemperar el nerviosismo, porque la verdad que si la sentimos “macabrona”... Lo narrado, es en memoria de nuestro compañero-amigo don Fortino Rentería Arróyave, hombre de carácter firme, locutor, periodista y empresario de la Radiodifusión, quien ha partido, tras transitar con sus desempeños como Comunicador por muchos espacios de la Capital Mexicana, Hermosillo, Matamoros y Nogales, donde llegó el fin de su vida… Con personal afecto y respeto para su esposa Yolanda Villa y sus hijos Ricardo y Raúl así como a mis fraternos amigos doña Silvia Villa y don Teodoro Rentería; Teodoro Raúl y Gustavo Rentería Villa, vaya el abrazo solidario, pidiendo al Gran Creador por el descanso eterno de don Fortino Ricardo Rentería Arróyave. ¡Hasta mañana que será un día más..!
Por: Pablo Rubén Villalobos
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