La desgracia mayor para Morelos y los morelenses, es la pérdida de miles de hectáreas de pastizales y bosques que en el curso de los lustros han convertido en páramos las otrora hermosas montañas, con algunos que tenían espacios casi selváticos en la bella Sierra Norteña conocida como los Altos de Morelos, donde se encuentra el corredor Ajusco-Chichinautzin, que parte de los rumbos de Ocuilan por el Estado de México a través de las bellas Lagunas de Zempoala en Morelos, para continuar por rumbos de Huitzilac, Tres Marías y Coajomulco, con destino a la Sierra del Tepozteco con todos sus pueblos y municipios para llegar hasta las faldas del Volcán Popocatépetl, por donde están los pueblos de los municipios de Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del Volcán, Alpanocan (Puebla), Hueyapan, Tlacotepec y Zacualpan… Que belleza longitudinal y de amplias dimensiones en su anchura tiene esta gran franja serrana que en su mayor parte corresponde a nuestro Estado… Sin embargo, repetimos que pareciera ese espacio estar sentenciado a su extinción boscosa, tanto de sus pináceas, cactáceas y árboles frutales de distintas especies naturales o cultivadas en esa región montañosa… En efecto, año con año en forma incesante e incrementada enormes incendios, muy pocos de ellos naturales, pues la gran mayoría son provocados por descuidos o por perversidad de manos criminales, son los causantes de que este pulmón y recipiente natural para nuestro aire y aguas se protejan, pues ahora ellas bajan por barrancas o se filtran por largas longitudes subterráneas, las cuales no sólo han bajado en sus caudales sino que muchos de ellos están a punto de su inexistencia o de plano se han extinguido… La flora de esa Región es casi inexistente… La fauna entre reptiles, roedores, arácnidos y cuadrúpedos casi se han extinguido, en tanto las aves han emigrado… Desde luego que los espacios desertificados aparecen y con ellos asentamientos humanos, como pequeñas rancherías, nuevos poblados, colonias, fraccionamientos y hasta unidades habitacionales… Entre todo esto que describimos, lo más preocupante son las aguas, nuestras aguas que ahora bajan torrenciales tras las lluvias, pues no hay hojarasca ni tierra de monte que las contengan para que se filtren y nutran las corrientes subterráneas referidas, así como nuestros borbollones y mantos acuíferos… La gente que habita en el Valle de Cuauhnáhuac por rumbos de Cuernavaca, Jiutepec, Temixco, Zapata, Xochitepec, Puente de Ixtla y Amacuzac, no sólo se quejan sino que claman, reclaman y hasta hacen manifestaciones y plantones, con bloqueos viales en arterias importantes de circulación, lo cual causa daños multimillonarios y pérdidas de horas-hombres-mujeres, porque no les llega el suministro necesario para lo indispensable de su limpieza y servicios… De plano debemos decirlo: Aunque haya o se perforen más pozos acuíferos; se equipen y les pongan ductos, el agua no puede ser extraída ni mucho menos suministrada, porque simplemente en los tiempos de estiaje no existe en los mantos subterráneos… 

Ésta es una desgracia pero es la realidad que nos embate, misma que sólo disfrutan y gozan los vendedores de terrenos, incendiados, desertificados y no reforestados, en los bosques extinguidos… ¡Los del Gobierno lo saben y si no, pos qué tarugos..! ¡Ahí se las dejamos..! ¡Hasta mañana que será un día más..!

Por Pablo Rubén Villalobos / pablorubenvillalobosh@hotmail.com

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