La tensión llegó en el punto mal alto en el futbol inglés y francés, luego que los aficionados de los equipos involucrados en el descenso explotaron contra sus jugadores. En ambos lados, los seguidores invadieron la cancha para agredirlos física y verbalmente.

EN LILLE

Los aficionados de Lille entraron al terreno de juego y se enfrentaron con los futbolistas del club francés, después del empate 1-1 ante Montpellier.

Tras el silbatazo final, los seguidores invadieron la cancha del estadio Pierre-Mauory. El delantero Nicolas Pepe fue pateado en una pierna por una persona, y hubo otros careos entre aficionados y jugadores, mientras la seguridad del estadio no lograba controlar la situación.

Una fila de guardias de seguridad se alineó en un costado de la cancha tratando de controlar a unos 200 hinchas, que gritaban insultos al plantel.

El presidente del club, Gerard Lopez, observó los incidentes desde las gradas.

Lille marcha 19 en la liga francesa y está amenazado por el descenso, cuando restan nueve fechas en el campeonato.

EN EL WEST HAM

El Burnley goleó al West Ham United en el Estadio Olímpico de Londres (0-3) y caldeó todavía más los ánimos de afición 'Hammer', que volvió a demostrar su descontento increpando a la junta directiva y a los jugadores durante el partido.

Inmediatamente después del tanto inicial de Ashley Barnes, mediada la segunda mitad (m.66), un seguidor local saltó al terreno de juego y fue expulsado a golpes por Mark Noble, capitán del West Ham.

Tras la reanudación del juego, el delantero neozelandés Chris Wood dobló la ventaja de los 'Clarets', lo que desató la ira de la afición, que comenzó a mandar mensajes y hacer cánticos hacia los dueños del club.

Echen a la junta directiva, echen a la junta directiva", cantó prácticamente al unísono el Estadio Olímpico, antes de que otro seguidor saltara al césped con un banderín de córner y lo clavara en el centro del campo.

No tardaron los visitantes en subir el definitivo 0-3 al marcador, ya que de nuevo Wood (m.81) se apuntó su doblete y alojó la redonda en las mallas de la meta defendida por Hart -titular hoy en detrimento de Adrián- a falta de nueve minutos para la conclusión.

El encuentro fue detenido de nuevo después de que varios aficionados más saltaran también al terreno de juego, mientras que la grada se giró hacia el palco y empezó a increpar a los dueños David Sullivan y David Gold, quienes tuvieron que abandonar el estadio antes del pitido final.

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