"Soldados, os habéis portado como héroes combatiendo por la Reforma. Vuestros esfuerzos han sido siempre coronados por el éxito. Hoy vais a pelear por un objeto sagrado, vais a pelear por la Patria y yo os prometo que en la presente jornada conquistaréis un día de gloria. Vuestros enemigos son los primeros soldados del mundo, pero vosotros sois los primeros hijos de México. Soldados, leo en vuestras frentes la victoria y la fe. ¡Viva la independencia nacional! ¡Viva la patria!"

Estas fueron las palabras que el General Ignacio Zaragoza se dirigió a sus tropas la madrugada del 5 de mayo de 1862; iban a pelear contra –lo que se consideraba en ese momento- el mejor ejército del mundo, pero para los mexicanos eran simplemente invasores.

Este 2021 se celebrará el 159 aniversario de la fecha catalogada como un hito histórico para el país azteca: la Batalla de Puebla.

La Batalla de Puebla fue un enfrentamiento armado entre el ejército mexicano, dirigido por Ignacio Zaragoza, y el ejército francés, dirigido por Charles Ferdinand Latrille, que ocurrió el 5 de mayo de 1862 y que formó parte de la Segunda Intervención Francesa en México.

Las fuerzas de Zaragoza contaban con aproximadamente dos mil hombres, de los cuales muchos eran indígenas y guerreros de ascendencia mixta sin experiencia militar. El general comenzó a planear su estrategia ante las fuerzas enemigas, que estaban apoyadas por un sector conservador mexicano, comandados por Francisco Márquez.

La batalla, que duró poco más de cinco horas, resultó en una defensa exitosa por parte del ejército mexicano que, pese a la adversidad, lograron replegar al experimentado ejército francés que terminó con 500 bajas.

La razón de este conflicto bélico fue por la deuda de 80 millones de pesos por la Guerra de Reforma que México tenía con Inglaterra, España y Francia.

Aunque los mexicanos ganaron la Batalla de Puebla, los franceses retomaron fuerzas y al mando de  Luis Bonaparte, sobrino de Napoleón I, se unieron a los conservadores mexicanos para imponer una monarquía.

En “junio de 1864, Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota (austriacos) llegaron a la ciudad de México para tomar posesión del recién formado Imperio Mexicano y fueron coronados como el Emperador y la Emperatriz de México”

A pesar de ello, México consiguió una de sus victorias más recordadas y celebradas en su historia.

 

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