Las buenas maneras y la caridad cristiana indican que uno no debe alegrarse de la desgracia ajena, sin embargo, en muy difícil cuando la naturaleza humana se inclina al rencor.
El equipo del Real Madrid no goza de mis afectos, en primer lugar, porque desde niño soy hincha del Atlético de Madrid, lo que nos convierte de manera automática, en antagonistas.
Me tocó estar presente en la obtención de su décima “Orejona”, en el Estadio de la Luz, en Lisboa, frente a los “Colchoneros”, incrementando mi inquina y en tiempos recientes, han estado alimentando el odio hacia los silbantes, mediante su canal de televisión, generando un clima de linchamiento contra los nazarenos.
Alguna vez, por los 90´s, los “Merengues” realizaron una gira por nuestro país, jugando un cuadrangular en el estadio “Pirata” Fuente, en el hermoso puerto de Veracruz.
Fui designado para el partido entre el cuadro madridista y los Pumas de la Universidad.
Era verano, el partido se jugó a las 4.00 p.m., con una temperatura cercana a los 40 grados centígrados y una humedad que mojaba hasta los pensamientos.
El Real era el de Buyo, Sanchís, Michel, Gordillo, por mencionar a algunos, además del extraordinario Hugo Sánchez.
Los auriazules estaban conformados por grandes futbolistas y una camada de chavitos que no corrían, volaban.
En la primera media hora, le metieron tres pepinos al “Arquero del año 2000”, como se apodaba al meta blanco y aquello era un paseo.
Obviamente, el orgullo del multicampeón español estaba herido y la tomaron contra el silbante. Como aquello continuaba con el balón en los pies de los universitarios, me limité a hacer caso omiso de las protestas, casi infantiles, de los visitantes.
Todo esto viene a cuento luego de ver, por televisión, el paseo que el París Saint Germain le ha pegado a los de blanco, quienes se limitaron a mirar sin ver a sus endiablados oponentes.
Además, por si fuera poco, cometieron errores de párvulo, como los de Raúl Ascencio y Antonio Rüdiger, para irle dando forma a una goleada.
El 2025 ha sido un año de pesadilla para el orgulloso cuadro que lleva en su blasón la realeza. Perdió la Súper Copa, cayó ante Arsenal en la Champions, apenas en Cuartos de Final, sucumbió en la Copa del Rey y dejó ir la Liga, todas estas derrotas ante el acérrimo rival, como es el Barsa.
Para ponderar al ganador, hay que decir que es el equipo que mejor juega en la actualidad.
Los pupilos de Luís Enrique, se entienden de memoria, son letales al ataque, se defienden con atingencia, recuperan con facilidad la pelota y la mueven a un ritmo de vértigo.
El cuatro por cero no refleja lo que sucedió en la cancha, por la sencilla razón de que los parisinos tuvieron clemencia, bajando notablemente el ritmo y haciendo cambios para conservar su estado físico, dadas las condiciones climatológicas.
La única explicación para que no se comieran ocho, es que el arquero Thibaut Courtois…fue el héroe.
