La selec­ción mexi­cana Sub-17 quedó eli­mi­nada del Mun­dial de la espe­cia­li­dad, cele­brado en Qatar.

Luego de una cali­fi­ca­ción de lágrima, dio la cam­pa­nada al derro­tar al “coco” de los azte­cas, en todas las cate­go­rías, Argen­tina, por la vía de los pena­les, con­vir­tiendo al guar­da­meta Santi López en el héroe de la con­tienda.

Ya en octa­vos de final, enfren­ta­ron al equipo de Por­tu­gal, agran­da­dos por el triunfo ante los pam­pe­ros, quie­nes no saben per­der por­que nadie los enseñó a ganar.

Los lusi­ta­nos le pasa­ron, lite­ral­mente, el camión por encima a nues­tros cha­va­les, metién­do­les cinco goles, que bien pudie­ron alcan­zar el doble dígito.

El equipo nacio­nal tuvo algu­nas bajas por acu­mu­la­ción de tar­je­tas, lo cual habla de esa indis­ci­plina ram­pante, tan común en nues­tro balom­pié.

El juego ante los por­tu­gue­ses tuvo como actor prin­ci­pal, con un papel bas­tante triste, al defen­sor José Nava­rro.

Este chico come­tió un penal como una casa y des­pués se hizo expul­sar por un apa­rente codazo, repor­tado por el VAR.

Si bien la pena máxima resultó inob­je­ta­ble, la supuesta agre­sión, viendo todas las tomas, no me queda del todo claro, pero en fin, a lo hecho, pecho.

El por­tero Santi López se hizo echar, por un pata­dón, ya con la con­tienda deci­dida, ya car­gando con la pesada cruz de la derrota.

El direc­tor téc­nico Car­los Cariño mani­festó que el penal cam­bió el par­tido, con lo que no estoy de acuerdo.

Por­tu­gal fue supe­rior en todos los órde­nes del juego.

El plan­tea­miento tác­tico resultó prác­tico y bien eje­cu­tado. Supe­rior en el aspecto físico y en el manejo de la pelota, fruto de su mayor téc­nica indi­vi­dual.

Men­tal­mente fríos, metie­ron la pierna sin vol­verse locos y tuvie­ron la con­tun­den­cia que a los nues­tros les falta.

La rea­li­dad es que, desde hace rato, los bus­ca­do­res de talento en las cate­go­rías con límite de edad, no han tenido suerte.

Lejos que­dan aque­llos cam­peo­na­tos mun­dia­les de Perú y del cele­brado en nues­tro país.

Con­si­dero que lo que hace falta en México son ver­da­de­ros for­ma­do­res, con voca­ción y que sean bien paga­dos, en los clu­bes, no solo de LigaMx sino en todas las divi­sio­nes.

Lo que tene­mos son “defor­ma­do­res”, que le ense­ñan a la cha­vita o al niño puras mañas, como levan­tar el codo, poner una plan­cha, ade­lan­tar la pelota en el cobro de un tiro libre, fin­gir fal­tas o exa­ge­rar las sufri­das y lo más paté­tico, a hacer blanco de sus frus­tra­cio­nes al árbi­tro.

No se entiende que en una nación de 120 millo­nes de habi­tan­tes y otro uni­verso de pai­sa­nos jugando fut­bol allende el río Bravo, no poda­mos con­for­mar un cua­dro com­pe­ti­tivo.

Segui­mos bus­cando al juga­dor que hace túne­les, som­bre­ri­tos, dri­bla, chi­quito pero picoso, cuando lo que demanda el balom­pié moderno son atle­tas.

Para botón de mues­tra, Marrue­cos fue cam­peón sub-20 y selec­cio­nes como Cura­zao, Haití y Panamá, están cali­fi­ca­dos para el Mun­dial 2026, con juga­do­res de talla, fuerza y diná­mica.

Nece­si­ta­mos dar “cla­ses de canto”, para que estos mucha­chos pue­dan sos­te­ner…el Do de pecho.

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