En un movimiento que busca equilibrar las finanzas públicas con objetivos de salud, el Gobierno de México ha propuesto un significativo incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a los cigarros y otros productos de tabaco como parte del Paquete Económico 2026.
Esta medida, entregada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al Congreso de la Unión el 8 de septiembre de 2025, podría elevar el precio de una cajetilla estándar de 20 cigarros en al menos 20 pesos adicionales a partir del 1 de enero de 2026. La iniciativa forma parte de los denominados "impuestos saludables", diseñados para desincentivar el consumo de productos nocivos mientras se generan recursos para mitigar los costos sanitarios asociados, estimados en miles de millones de pesos anuales.
Sin embargo, la industria tabacalera advierte de un posible auge en el mercado negro, lo que podría erosionar la recaudación fiscal y afectar a consumidores y vendedores por igual.
El anuncio ha generado un intenso debate en redes sociales, medios de comunicación y foros económicos, con opiniones divididas entre quienes lo ven como un paso necesario hacia una sociedad más saludable y críticos que lo califican de recaudatorio oportunista en medio de presiones fiscales derivadas de proyectos de infraestructura heredados.
El Contexto del Paquete Económico 2026 y la Reforma al IEPS
El Paquete Económico 2026, que incluye la Ley de Ingresos de la Federación (LIF), el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), proyecta ingresos totales por 8.7 billones de pesos, con una recaudación tributaria de 5.8 billones. De estos, el IEPS –que grava combustibles, bebidas alcohólicas, tabacos, refrescos y ahora videojuegos con contenido violento– se estima en 761 mil millones de pesos, representando un pilar clave para financiar el gasto público.
La propuesta de aumento al IEPS en tabaco se enmarca en una estrategia de "medidas fiscales en favor de la salud pública", según declaró el secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora, durante la entrega del paquete al Congreso. "Se ajustará el IEPS aplicado a bebidas azucaradas y tabacos con un doble objetivo: incentivar hábitos más saludables y contrarrestar los efectos presupuestales asociados al tratamiento de las enfermedades vinculadas con el consumo de estos productos", explicó Amador.
Históricamente, el IEPS al tabaco ha sido una herramienta para reducir el tabaquismo, que causa alrededor de 43 mil muertes anuales en México y genera costos sanitarios superiores a los 116 mil millones de pesos al año, según estimaciones de la SHCP.
En 2025, la cuota específica por cigarro es de 0.6445 pesos, con una tasa ad valorem (sobre el valor) del 160%. La reforma propone elevar esta tasa al 200% para cigarros, puros y otros tabacos labrados (excepto puros hechos a mano, que suben del 30.4% al 32%), e introduce un esquema de transición con cuotas crecientes: 0.8516 pesos por cigarro en 2026, escalando gradualmente hasta 1.1584 pesos en 2030.
Además, se incorporan al gravamen nuevos productos como "bolsas de nicotina" y alternativas orales, gravados en función de su contenido de nicotina (considerando 0.8 mg por cigarro como referencia), mientras que terapias de reemplazo con registro sanitario quedan exentas.
La medida no es aislada: forma parte de un paquete que también duplica el IEPS a refrescos (de 1.6451 a 3.0818 pesos por litro) y grava videojuegos violentos al 8%, esperando recaudar adicionales 41 mil millones de pesos en total.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha defendido la propuesta, asegurando que los recursos se destinarán a un fondo de salud para atender enfermedades relacionadas con el tabaco, aunque críticos como la oposición en el Congreso cuestionan la transparencia en su asignación.
Impacto en Precios y Marcas Afectadas
La industria tabacalera, representada por el Consejo Nacional de la Industria Tabacalera (Conainta) y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), estima que el incremento del 30% en el IEPS traducirá en un alza mínima de 20 pesos por cajetilla de 20 cigarros, empujando precios promedio de 70-85 pesos actuales a rangos de 90-105 pesos o más, dependiendo de la marca y el traslado de costos por parte de los productores.
Por ejemplo:
- Marlboro (Philip Morris International): Actualmente alrededor de 80-85 pesos por cajetilla; podría superar los 100 pesos, con un IEPS de hasta 40 pesos por paquete.
- Camel y Lucky Strike (British American Tobacco): Similares a Marlboro, con incrementos proyectados de 15-25 pesos, alcanzando 95-105 pesos.
- Benson & Hedges o Pall Mall: Marcas premium podrían ver alzas mayores, superando los 110 pesos.
- Marcas locales o económicas como Boots o Delicados: De 60-70 pesos actuales a 80-90 pesos, afectando más a consumidores de bajos ingresos.
Todas las marcas importadas y nacionales se verán impactadas, ya que el IEPS se aplica de manera uniforme a tabacos labrados, independientemente de su origen. Fabricantes deberán reportar al Servicio de Administración Tributaria (SAT) precios, volúmenes y contenido de nicotina por marca, incrementando la carga administrativa.
En redes como X (anteriormente Twitter), usuarios han expresado preocupación: "El aumento al IEPS en cigarros para 2026 va a hacer que una cajetilla cueste como un lujo", tuiteó el analista Juan Ortiz, destacando que la cuota por cigarro casi se duplica.
Publicaciones en Facebook de grupos como Consciente coinciden, pronosticando un "aumento brutal" que afectará a fumadores habituales.
Repercusiones: Beneficios para la Salud vs. Riesgos Económicos y Sociales
Aspectos Positivos: Salud Pública y Recaudación
Expertos en salud pública aplauden la medida. Organizaciones como NX Noticias destacan que los "IEPS saludables" podrían reducir el consumo de tabaco en un 10-15% inicial, similar a efectos vistos en aumentos previos, disminuyendo incidencias de cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas y otros males que cuestan al erario público más de 100 mil millones anuales.
La SHCP estima que el fondo generado –potencialmente 15-20 mil millones adicionales solo del tabaco– financiará tratamientos y prevención, aunque no se ha detallado un programa específico en el paquete.
En X, posts como el de Arturo Herrera subrayan: "Aumentan los 'impuestos saludables'... para refrescos y tabaco, con el fin de contrarrestar estragos en la salud pública".
Desafíos: Mercado Negro, Pérdidas Fiscales y Efectos en la Cadena de Suministro
La Conainta advierte que el alza podría impulsar el contrabando, que ya representa el 20% del mercado (una de cada cinco cajetillas es ilícita), potencialmente elevándolo al 50% y causando pérdidas fiscales de 13-15 mil millones de pesos anuales.
Vendedores informales, como los de mercados en estados como Sonora o Guerrero, podrían ver reducidas sus ventas legales, impactando empleos en la cadena de distribución.
Críticos como la diputada Denise Meade señalan hipocresía: "Suben impuestos al tabaco por 'salud', pero recortan 25% el presupuesto de salud para 2026".
En Facebook, páginas reportan alertas de tabacaleras sobre un "aumento mínimo de 20 pesos" que dispararía el mercado ilegal.
Económicamente, el aumento podría frenar el crecimiento en un contexto de inflación esperada en 3.8% para 2026 y un PIB proyectado en 2.5-3.5%.
Analistas de PwC y Holland & Knight coinciden en que, aunque amplía la base gravable, podría desincentivar inversión en la industria tabacalera, valorada en miles de millones.
Perspectivas y Próximos Pasos
La propuesta debe ser aprobada por el Congreso antes del 31 de octubre para la LIF y el 15 de noviembre para el PEF. Cabilderos de la industria ya recorren San Lázaro, según el líder morenista Ricardo Monreal, quien asegura que la mayoría resistirá presiones.
Si se implementa, México se alinearía con recomendaciones de la OMS para gravar el tabaco al 75% del precio minorista, potencialmente salvando vidas pero a costo de tensiones económicas.Este aumento al IEPS en cigarros no solo redefine el costo de fumar en México, sino que plantea un dilema mayor: ¿puede la fiscalidad curar hábitos nocivos sin agravar desigualdades? Mientras el debate continúa en redes y el Congreso, los fumadores ya calculan el impacto en sus bolsillos.
