Descuidada, vandalizada, incompletas las letras de la palabra Emiliano Zapata está la tumba del caudillo agrarista en la Plaza Revolución del Sur de Cuautla. Lamentado su abandono por el alcalde Jesús Corona Damián, no confirma la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, el 10 de este mes en la ciudad heroica, porque no es el indicado para poder hacerlo. El deterioro de la tumba tiene remedio, pero hasta ayer no había sido despejado la duda sobre si el propio Presidente estará o no en la capital histórica de Morelos para la ceremonia por el centenario del sacrificio del líder suriano. Para lo que también hay solución, a no ser que en las últimas semanas se haya vuelto incontrolable para el gobierno federal el movimiento de oposición a la planta termoeléctrica de Huexca. Esto por un lado, y por otro lo siguiente ya que vine a cuento: el antiguo Hotel Moctezuma, el que fuera cuartel de Zapata y hoy se halla reducido a la condición insultante de plaza de baratijas en el centro histórico de Cuernavaca. Hijo del historiador Valentín López González, el cronista y agente inmobiliario Valentín López Aranda sabe lo que a este respecto cuenta. Entrevistado en alguna ocasión por el periódico “El Siglo” de Torreón”, abundó en datos seguramente ignorados por miles de morelenses de las nuevas generaciones: El  11 de diciembre de 1897 que fue inaugurado el ferrocarril México-Cuernavaca mucha gente empezó a llegar a Cuernavaca, de modo que en la estación del tren se adaptaron vagones como dormitorios, pues los hoteles no eran suficientes. Al ver esta necesidad, la familia Hanson construyó el hotel y su socio Ramón Oliveros montó una fábrica de ladrillos llamada Compañía Manufacturera de Ladrillos de Cuernavaca, ubicada enfrente de la luego colonia Patios de la Estación. Dicha compañía construyó con este tipo de ladrillo, por ejemplo, el Museo de la Ciudad de México en la colonia Roma y El Castillito en la bajada del Calvario. El hotel Moctezuma se construyó entre 1899 y 1903 en la entonces calle Acapulco (hoy calle Matamoros) número 6 esquina con la calle San Miguel (hoy calle Degollado). Contaba con una arquitectura de terrazas, vigas de madera, petatillo, loza de terrado, ventanas con balcones de celosía, arcos de medio punto aparentes, una fuente central y acabados de mosaico original y mármol. En el primer piso había 17 habitaciones y la planta alta otras 17, en total 34 que se comunicaban a través de un pasillo cuya imagen, ojo, ha sido reconocida y dado la vuelta al mundo por la fotografía que se tomó ahí el general Emiliano Zapata Salazar. En 1999 el Instituto Nacional de Antropología e Historia inició una restauración del Hotel Moctezuma, debido al mal estado en que se encontraba. En la Revolución Mexicana se abandonó el inmueble. De febrero de 1917 a diciembre de 1918, Cuernavaca estuvo completamente abandonada por la Revolución; entonces Venustiano Carranza ordenó la evacuación de la ciudad y muchos inmuebles fueron saqueados. El 30 de diciembre de 1908 se celebró la asamblea del Partido Reeleccionista Científico que propuso a Pablo Escandón como candidato al gobierno de Morelos. Durante la Revolución, la mañana del 26 de mayo de 1911 Emiliano Zapata, después de vencer al Ejército Quinto de Oros (regimiento de federales) de Cuautla, vino a Cuernavaca, entró acompañado por cinco mil hombres de infantería y caballería y se estableció en el entonces Hotel Moctezuma, lo cual fue impactante para la ciudad. Ese día sus hombres acamparon afuera del hotel en varios terrenos cercanos, sobre la calle Acapulco (hoy Matamoros), donde se ubicaba un cuartel del IV Batallón que para entonces estaba vacío, de modo que lo tomaron, Zapata por la comodidad se quedó en el Moctezuma e hizo allí su cuartel. Zapata atendía en los pasillos, al parecer pagaba su estadía, pero antes de la Revolución llegaba a Cuernavaca a un lugar llamado Mesón de Tecuac, propiedad de una prima suya, que estaba en la calle de Tepetates, desde donde comercializaba sandía, azúcar, tenía recuas; era un transportista. Por invitación de Zapata, el 12 de junio de 1911 Francisco I. Madero vino en ferrocarril a Cuernavaca para conocer la situación del estado de Morelos. Los hacendados le ofrecieron una comida en el Jardín Borda, a la que hay versiones encontradas de la presencia o no de Zapata. Ese día se tomó la fotografía en el Moctezuma que se volvió emblemática, con su traje de gala… Años más tarde llamado Peñalba, en estos días que casi se cumple un siglo del fallecimiento del jefe de la Revolución del Sur y ya que por inefables razones el Gobierno del Estado no ha dado muestras de comprar o expropiar el hotel histórico, por meros motivos de identidad a lo mejor se anime a adquirirlo el alcalde de Cuernavaca, Antonio Villalobos Adán, para convertirlo en museo zapatista o algo por el estilo… (Me leen mañana).

Atril
José Manuel Pérez Durán
jmperezduran@hotmail.com 

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