El traslado del fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara, al penal federal de máxima seguridad de El Altiplano ubicado en Almoloya, Estado de México, fue sorpresivo y seguramente inesperado por el reo, la noche del martes pasado. Tres días antes, Uriel acarició la libertad, pero de manera efímera; un amparo lo puso en la calle sólo por un minuto y medio, siendo regresado de inmediato al Reclusorio Varonil Sur de la CDMX. Se publicó que ahí permanecería hasta febrero, enfrentando su proceso por delitos relacionados con la desaparición de la joven Ariadna Fernanda. Lo que resultó falso. Llama la atención que Uriel se encuentre amparado contra una posible extradición a Estados Unidos.

Construida por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, esta que fue presumida como una prisión inexpugnable con sus muros reforzados de metro y medio de espesor recibió sus primeros reclusos en noviembre de 1991. Irónicamente, Raúl Salinas de Gortari, hermano de Carlos, estuvo preso en Almoloya acusado del asesinato de su cuñado, José Francisco Ruiz Massieu. Un par de años más tarde, el capo del narcotráfico a Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, pasaba lista de presente en la “súper prisión”, donde también se hallaba el morelense Apolo Bernabé Ríos, originario del municipio de Temoac. En una conversación con el columnista, Apolo describiría al capo sinaloense como a un sujeto amable, dispuesto a invitarles a sus compañeros de desgracia el refresco, la cajetilla de cigarrillos o la sopa “Marucha” en una tienda de la prisión. Años más tarde, Guzmán fue trasladado al penal de Puente Grande, donde la compra de voluntades por medio del soborno poco tardó en ponerlo en la calle. En más de una ocasión Apolo se topó con Raúl Salinas en los pasillos grises del penal de supuesta extrema seguridad de Almoloya. Lo describió como a un sujeto hipócrita que saludaba mustiamente a los reos y custodios, diciéndoles: “Dios te bendiga, hermano”. En sus años de “gloria”, ni en su peor pesadilla Raúl Salinas se había imaginado preso. Tenía dinero, mucho dinero; mujeres, muchas mujeres, lujos desenfrenados y el poder esquiciado que le confería ser el hermano consentido del hombre más poderoso de México, aquel que aseguró que como presidente de México ignoraba las tropelías de quien finalmente acabó convertido en su hermano incómodo, y el mismo que ya como simple ciudadano recibiría el reclamo del prisionero Raúl por el dinero que éste afirmó era suyo en una conversación telefónica cuya difusión en la televisión y los periódicos constituyó el golpe más espectacular que

Ernesto Zedillo le propinó a Carlos Salinas, después de que pocos años atrás éste lo había hecho Presidente. (La lealtad y la gratitud, ya se sabe, no son atributos de algunos políticos).

Otros famosos que estuvieron o aún están internados en Almoloya son Mario Aburto Martínez, acusado del asesinato del candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio Murrieta; el secuestrador Daniel Arizmendi López “El Mochaorejas”, quien

mutilaba las orejas de sus víctimas para presionar a sus familias y pagaran rescates de grandes cantidades de dinero; Édgar Valdez Villarreal “La Barbie”, que por un tiempo radico en Morelos; Arturo Beltrán Leyva alias “El Barbas”, que fue abatido por la Marina en Cuernavaca, y Ovidio Guzmán López, el hijo de “El Chapo” detenido en enero pasado en Culiacán… (Me leen mañana).

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