La violencia verbal suele ser propia de malos funcionaros. El alcalde de Yautepec, Eder Alonso Gutiérrez, no lo pensó dos veces para destituir al director de Turismo, Erick Alberto
Marbán Rivera. Para decirlo de una manera que no lastime oídos castos, por haber incurrido en una actitud incorrecta. Este caso fue replicado en redes sociales, el pasado fin de semana. Pero el asunto no es tan sencillo, así que no resulta exagerado decir que, si todos los presidentes municipales actuaran con la celeridad y la energía de Eder, otro gallo le cantaría a Morelos en materia de seguridad... Aquí unos cuantos casos: Estaba un muchacho adentro de su casa, conversando con amigos. Eran como las nueve y media de la noche. De pronto entró un sujeto, disparó y le dio un tiro en el brazo izquierdo. Si le hubiera pegado un poquito a un lado, en el corazón, lo habría matado; diez o quince centímetros hicieron la diferencia entre la vida y la muerte. El agresor se fue tan rápido como llegó, el chavo quedó tirado en el suelo, lesionado, y sus amigos llamaron al 911. La ambulancia tardó una eternidad en llegar, de manera que la víctima tuvo que ser llevada al hospital en un coche. Del atacante, ni sus luces. Los vecinos ironizaron, dijeron en broma que para cuando llegó la policía el atacante ya estaba en otro planeta…
Agredida a golpes y navajazos (¿o cuchilladas?) en el interior de su casa de Ciudad Ayala, horas después la mujer murió. Tenía más de 40 años y, como hubiera dicho el sátrapa Felpe Caderón, “haigan sido como haigan” los hechos, el agresor huyó. ¿Cuánto le pudo haber cobrado “la maña” de renta a un humilde vendedor de aguas frescas? Muy poco, pero si la extorsión fue el móvil y el aguafresquero no pudo o no quiso pagar, por eso fue asesinado.
Esto sucedió en una esquina de Puente de Ixtla, hasta donde llegaron dos sicarios montados en una motocicleta para meterle cuatro balazos en la espalda. Los despiadados huyeron, mientras el difunto quedó tirado en el pavimento. Calzaba huaraches, pues pobre era, y fue hasta pasado un rato que llegó una pareja de policías cuando se supo que tenía 25 años…
Luego de dos días de haber desaparecido, identificaron al hombre cuyo cadáver fue hallado desmembrado en la colonia Lomas del Carril de Temixco. Se ganaba la vida vendiendo pan a domicilio, y la última vez que lo vieron fue un día domingo…
Por una colonia de Jiutepec pasaba una pareja de policías a bordo de una patrulla. Iban alertas, escudriñando el entorno, como corresponde a los hombres de la ley y reclama la atmósfera violenta de hoy y de hace años. Al parecer ni cuenta se dieron cuando ya los tenía encañonados un montón de maleantes que aparecieron de pronto en un Nissan y un Volkswagen. Les quitaron las armas de cargo, huyeron y más tarde otros o los mismos uniformados que “peinaron” la zona hallaron abandonado uno de los dos vehículos…
Como enlace de la policía trabajaba un hombre de 25 años que fue acribillado por varios sujetos desde un taxi. Hacía pocos minutos que había salido de su base cuando fue emboscado sobre una calle de la colonia Lázaro Cárdenas. Le metieron treinta tiros…
Y conste: Morelos no es Guanajuato, donde el pasado fin de semana fueron asesinadas 38 personas… (Me leen mañana).
Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.
