Las fotos aparecieron recientemente en la nota roja, de tres mujeres jóvenes de entre 19 y 28 años retenidas por lugareños en el pueblo San Pedro Tlalmimilulpan, municipio de Tetela del Volcán. Minutos antes habían pagado en una tienda de abarrotes con un billete de 500 pesos falso. Fueron entregadas a la Policía Morelos y consignadas al Ministerio Público. El “incidente”, que para la buena suerte del trío de féminas no degeneró en una desgracia, ocurrió el lunes antepasado... Pero otros casos no tuvieron un “final feliz”. El 31 de julio de 2018, un sujeto llegó al pueblo de Tetela del Volcán. Moreno y joven, vestía una playera azul turquesa. Después se sabrían sus generales: Ricardo Alonso Lozano Riva, de 33 años de edad y nacionalidad colombiana. Conducía un Chevrolet Spark modelo 2016 blanco con placas de Morelos y propiedad de una arrendadora que al rato sería incendiado. Lo siguiente fue una película de terror. El extranjero es asegurado por hombres iracundos que lo acusan de cobrar piso. Le ordenan que descienda del auto, lo esculcan y le encuentran 80 mil pesos que deducen son producto de la extorsión. El gentío está seguro de que el muchacho es uno de esos prestamistas colombianos que ejercen el método de los préstamos que crecen “gota a gota” y llegan a sumas astronómicas, imposibles de pagar por los deudores que, extorsionados, acaban perdiendo hasta la camisa. Furiosos, los lugareños sujetan al forastero, lo atan a la asta bandera de la pequeña plaza de armas, donde el chico de raza negra pelado casi al rape es golpeado hasta causarle la muerte. Para entonces son poco más de las tres de la tarde, pero todavía deberá pasar una hora para que llegue el personal de la Fiscalía a certificar el deceso del extranjero y el cadáver sea subido a la batea de una camioneta pick up que lo traslada al Servicio Médico Forense. La gente del rumbo refirió que hacía semanas que habitantes de Ocuituco, Zacualpan y Temoac eran amenazados por bandas de extorsionadores dedicados al cobro de “derecho de piso”. Avisados de la retención del colombiano, se trasladaron rápidamente a Tetela para añadirse a la multitud que acabó linchándolo. En el pueblo que rosa las faldas del Popocatépetl, los extorsionadores no se volvieron a parar… Otros casos: Octubre de 2015. Porque no sucedió en Morelos sino en territorio poblano, en Cuernavaca pasó desapercibido el linchamiento de dos secuestradores morelenses, uno vecino de Amayuca y el otro de Jantetelco. Traían secuestrada a una jovencita de 15 años que de alguna manera logró escapar, cuando un grupo de vecinos de Cohuecan, próximo a los límites con Morelos, ubicó la camioneta de los delincuentes, los agarraron y los llevaron a su pueblo donde los masacraron a machetazos y balazos… Más atrás, en septiembre de 1992 gente de Zacualpan de Amilpas linchó a dos policías preventivos de nombres Marcos Villafán Montanes y José Santos Caballero. Habían asaltado a un matrimonio y la multitud alegó que con anterioridad entregaron a dos violadores a la Policía Judicial pero el agente del Ministerio Público de Jonacatepec soltó a uno, así que decidieron hacerse justicia por su propia mano… Una década más tarde, en marzo de 2003 y en Tlayecac, Mariano García Escamilla, un joven de 21 años, fue colgado por la multitud que se “justificó” porque hacía dos años que le habían advertido que no lo querían ver en su pueblo. Tenía reputación de abigeo y era de Huazulco, municipio de Temoac... Estas historias sucedieron en la región oriente… (Me leen después).

Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 

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