No tiene sentido que los alcaldes se opongan; llevan las de perder. Así que seguramente mando coordinado policial habrá, pero debería ser con sus bemoles. ¿La Policía Preventiva a cargo del Ejecutivo Estatal y los agentes de tránsito subordinados a los ayuntamientos? Mitad y mitad sería equilibrado para efectos de mando y funcionalidad, separado el personal de una y otra corporación pero acordadas sus capacidades y funciones. Del Convenio de Mando Coordinado el alcalde Antonio Villalobos Adán ha considerado que para el Cuernavaca tiene cosas positivas, pero otras susceptibles de ser revisadas y ajustadas antes de que el Cabildo lo firme (¿el viernes próximo?). Sin embargo, la posición del titular de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), Antonio Ortiz Guarneros: discrepa. Sostiene que las fuerzas preventiva y de tránsito de cada municipio deben quedar bajo las órdenes del Mando Coordinado dependiente de la propia comisión. O lo que es lo mismo: que los alcaldes paguen la nómina de los policías preventivos y de tránsito pero no los manden y queden sujetos a las órdenes del propio vicealmirante Ortiz. Al final, para que la seguridad mejore lo importante es que el mando único funcione verdaderamente. Y esto no lo han dicho expertos en la materia. Conste… Otro pendiente del edil Villalobos son los estacionamientos de plazas comerciales y tiendas de auto servicio. El objetivo es que proporcionen una hora gratis a sus clientes, elaborados los expedientes por el secretario provisional de Obras Públicas, Mauricio Vega Chavaje, que reporta un veinte por ciento de avance en la recopilación. “Se están haciendo las supervisiones y revisiones necesarias con un trabajo de campo y comenzar a regularizar el funcionamiento de los estacionamientos que hay en la capital”. El encomillado infiere lo sabido: que estacionamientos en los “supers” y en plazas de comercios ha habido sin licencias de funcionamiento, “piratas”, pues, que por años han venido operando a base de “mordidas” y, hoy que empiezan a ser confirmada la irregularidad, o se alinean o los clausuran. ¿Así va a ser?... Vale la referencia: cuatro años atrás, el entonces diputado local Javier Bolaños Aguilar lo intentó pero no lo logró; pretendió que la totalidad del tiempo no cobraran en los aparcaderos de las tiendas de auto servicio, pero su iniciativa se estrelló en el poder económico y la influencia política de los propietarios de los supermercados que se ampararon. Y también es valedera la insistencia en este tema en el cual ha sido terco el columnista. Hay un reglamento que, vigente o no pues data de poco más de dos décadas, viene a cuento. Establece ideas específicas contra los abusos de los estacionamientos públicos. En supermercados y plazas comerciales nunca debieron cobrar por estacionar vehículos, pero, voraces, los dueños impusieron el abuso que, vuelto costumbre, persiste. Permanente el saqueo a los bolsillos de tanta gente, sucede en Cuernavaca y en los demás municipios. El Reglamento de Estacionamientos Públicos data de junio de 1994, y si ha prescrito no por ello deja de ser interesante. Ordena todo lo que no sucede en tales negocios, entre otras cosas, tarifas de acuerdo a la categoría del establecimiento: por hora el equivalente al 35% del salario mínimo para los de primera categoría, 30% para los de segunda y 20% para los de tercera. Que el cobro de la primera hora debe ser total, aun cuando el usuario permanezca sólo unos minutos, pero proporcional de la segunda hora en adelante y una tolerancia sin costo para el usuario de 11 a 30 minutos. Pero además de que en ningún estacionamiento se cumplen estas reglas, con cinismo insultante sus letreros advierten que “no hay tolerancia de minutos”, en lugar de anunciar en sitios visibles las tarifas como exige el reglamento tan viejo como necesario. Pocos automovilistas saben que también está prohibido que no les cobren cuando pierden el ticket, en cuyo caso sólo puede exigírseles que acrediten la propiedad del vehículo y acordar el tiempo de permanencia. Que deben contar con pólizas de seguros para garantizar “el pago a los usuarios contra todos los riesgos y daños”, incluyendo accidentes, robo total, abuso de confianza e incendios, pero, tramposos, los estacionamenteros advierten en el reverso de los boletos que no se hacen responsables por estos tipos de percances. ¿Puede ser revivido este reglamento pero ahora vuelto ley a nivel estatal? Miles de morelenses lo apreciarían, no así la mafia de estacionamenteros… (Me leen después).

 

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

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