Por fortuna en Morelos no causó pérdidas humanas y no pasó del susto, quizá porque el epicentro nos quedó lejos, en Santa Cruz Huatulco, el pequeño puerto de las bahías encantadoras.

Esa zona queda más o menos cerca del Itsmo de Tehuantepec, la franja de tierra más angosta de México, a unos cien kilómetros de Salina Cruz, a otro centenar de Puerto Escondido y a una hora en avión de la Ciudad de México.

Estuvo fuerte, de 7.5 grados, y largo, pues se prolongó por un minuto, pero además con un radio geográfico muy amplio, ya que sacudió Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Morelos, Guerrero, CDMX y más.

Los medios refirieron hasta cien réplicas, afortunadamente leves, y minutos después de la sacudida avisaron que llegarían olas de un metro a costas del Pacífico sur.

No sucedió así el 17 de septiembre de 2017.

El terremoto fue de 7.1, casi igual que el de ayer, pero en Morelos lo sentimos mucho más fuerte.

¿Se acuerdan? Ajenos a la tragedia que se acercaba, por la mañana se realizaba un simulacro en la Plaza de Armas de Cuernavaca para conmemorar el aniversario 32 del sismo de 1985.
 Horas más tarde, una señora moría apastada bajo la barda del restaurante Mañanitas en la avenida Álvaro Obregón, mientras cuadras abajo el edificio Latinoamericano amenazaba desplomarse en la calle Degollado.

Vieja, de adobes humedecidos, la barda no aguantó el zangoloteo, mientras “la Latino”, como la conocemos los cuernavacences, había soportado el sismo del 19 de septiembre de 2017 pero colapsó por el tremendo peso del transmisor de la radiodifusora que irresponsablemente estaba en uno de sus departamentos.

El temblor había sido terriblemente intenso, y el epicentro en Axochiapan hizo que en Cuernavaca se sintiera más fuerte que el del 19 de septiembre de 1985.

Los primeros reportes advirtieron 55 personas muertas y cientos de heridos en 14 de los entonces 33 municipios.
 Un informe del secretario de gobierno, Matías Quiroz Medina, ubicó las mayores afectaciones en Jojutla, con 16 decesos, 2 mil viviendas agrietadas y la caída de una parte del Palacio Municipal; seguido de Tetecala y Zacatepec con seis fallecimientos cada uno, y entre una y cinco defunciones en Cuernavaca, Tlayacapan, Axochipan, Miacatlán, Yecapixtla, Cuautla, Yautepec, Xochitepec y Temixco.
 ¿Cómo concibió la gente los temblores en1985 y 2017? Igual que hoy.
 Ahí están, son más frecuentes de lo que creemos y el hecho de no sentirlos venir implica reforzar las prevenciones.
 Entre el sismo del 7 septiembre de 2017 con epicentro en Pijijiapan, Chiapas, y el movimiento telúrico con epicentro en Axochiapan, Morelos, sólo mediaron doce días.
 También en septiembre, en 2014 se registró uno nueve minutos antes del ocurrido el 19 del noveno mes de 1985; tuvo una magnitud de 3.
5 grados, ocurrió a las 7.
12 y el epicentro a 23 kilómetros al oeste de Pinotepa Nacional, Oaxaca.
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 POR cierto: hay otro tipo de sismos: los calambres políticos como el que anteayer acusaron los “analistas” que subestimaron el nombramiento de Rabindranath Salazar como subsecretario de Gobernación.
 Por burda fue evidente la consigna uniformada de opiniones de antilopezobradoristas que pretendieron minimizar el ascenso de “Rabín”, calificándolo de descenso por su cargo anterior de director del Banco Bienestar.
 El nuevo puesto del ex senador y ex alcalde de Jiutepec confirma la confianza de AMLO.
 Se le confiere en el contexto de circunstancias específicas de la política local y, claro el mensaje, no lo ven los que no quieren verlo… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

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