Ambos morenistas, Juan Ángel Flores Bustamante, en Joju-tla, y Rafael Reyes Reyes, en Jiutepec, son dos de los poco más de trescientos presidentes municipales que repiten en el cargo. Elegidos en 2018 y ratificados en los comicios de junio pasado, ello significa el reconocimiento de la mayoría de ciudadanos de ambos municipios al trabajo que realizaron durante el trienio que registra su última semana. Perfilados al 2024, han venido siendo mencionados como prospectos al siguiente gabinete estatal, o como candidatos a diputados locales y/o federales, o para senadores… y en 2036 metidos en la contienda interna de Morena por la gubernatura. Todo ello dependiendo de lo que hagan o dejen de hacer en el curso de los próximos tres años que también se irán como agua entre los dedos.

MÁS allá de la salida a Jiutepec, por la carretera de sólo dos carriles la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (Civac) esperaba la instalación de más empresas. Química Mexama ya estaba como la pionera, y lista para comenzar a operar la planta de coches japoneses a la cual la primera generación de trabajadores llamaban coloquialmente “La Dasun”. A punto de arrancar la ensambladora, los obreros eran capacitados en un apartamento del edificio Benedicto Ruiz con entrada en el 17 de la calle Hidalgo. Preparaban la producción del modelo “Blue Bird”, el columnista vivía ahí y los veía entrar y salir de clases.

De la colocación de la primera piedra de la planta de Nissan Mexicana en Civac se están cumpliendo cincuenta y cinco años.

Licenciado en economía e ingeniero agrónomo, el gobernador Emilio Rivapalacio concibió una solución al problema del desempleo: fundar un parque industrial. A ello se abocó de inmediato, trajo un equipo de economistas del Banco Nacional de México que más tarde manejaría un fideicomiso para el área fabril y a poco tiempo ya estaban aquí las inversiones de las primeras factorías, principalmente Nissan Mexicana para ensamblar autos. Meses después, pondría la primera piedra de la planta y, corteses, los ejecutivos japoneses que vinieron a la ceremonia les obsequiaron perlas al alcalde Valentín López González, al gobernador Rivapalacio y a los empresarios Raúl Iragorri Aranda y Vicente Estrada Cajigal, a quienes el mandatario había puesto al frente de las direcciones de Fomento Industrial y Fomento Turístico, creadas ambas como parte del proyecto económico de Morelos.

Andando los años, las 260 hectáreas de Civac albergarían a unas 160 empresas, se instalarían compañías importantes de la rama industrial manufacturera de Morelos representadas por la ensambladora automotriz Nissan Mexicana, y del área exportadora las químico-farmacéuticas Syntex, Uquifa y Basf Mexicana

Hijo de don Raúl Iragorri Aranda, el también empresario Raúl Iragorri Montoya falleció en la primera semana de este mes, pero de 2020; se lo llevó el maldito covid. Fue el concesionario non de Nissan Mexicana en Morelos, y durante muchos años uno de los empresarios del ramo automotriz que más vehículos vendía en México. Diputado local en tres ocasiones, una cadena de circunstancias políticas le impidieron materializar su sueño de ser el presidente municipal de la ciudad que lo vio nacer. Irónicamente piadosa, la muerte evitó que se enterara del cierre de una parte de la planta de Nissan en Civac que por estos días ha anunciado que despedirá a ochocientos obreros.

Y la tristeza volvió a campear el pasado fin de semana en el medio periodístico. De Cancún llegó la noticia lamentable del viaje sin regreso del colega Víctor Hugo Bolaños. Descanse en paz… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

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