A ver: para la presidencia municipal de la capital por Morena son mencionados la titular de la Junta Política y de Gobierno del Congreso Estatal, Alejandra Flores Espinoza; el diputado federal Alejandro Mojica Toledo, y desde luego Antonio Villalobos Adán, “Lobito”, que va por la reelección.

 Del PAN: el dos veces diputado federal y una local, Javier Edmundo Bolaños Aguilar, y el presidente estatal del blanquiazul, Juan Carlos Terrazas, éste no de la “Sagrada Familia” por los puestos que acapara su clan, sino de un grupo supuestamente autónomo.

 Por el PES no se ve otro más que al auto publicitado Jorge Argüelles Victorero, con la desventaja para él de que en las elecciones locales de 2021 su partido irá solo y probablemente ya no aliado con Morena, como no podrá contender el Partido Encuentro Solidario, el sucesor del PSD.

 Cargando el fardo del PRI: Marisela Sánchez Velázquez y, si se trata de perder, Jonathan Márquez, verde aún pero con “méritos” para una regiduría de planilla.
 Elaborada a las volandas, en esta lista ni están todos los que son ni son todos los que están.
 Matías Nazario Morales también quiere y tiene con qué poder.

 Por otro o por el partido en ciernes Movimiento Alternativa Social, el MAS, presentada en enero de 2019 la carta de intención para su creación en el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana.
 Encabezado el proyecto por Matías, algunos de sus componentes son Enrique Paredes Sotelo, quien fue el secretario del Ayuntamiento de Cuernavaca que presidió Jorge Morales Barud; Francisco León y Velez, Ana Bertha Haro e Isaac Pimentel Rivas.

 Éstos tres con gente en los municipios que gobernaron, Tetecala, Tetela del Volcán y Ciudad Ayala; tácitamente ex priistas, aunque sin que se sepa hayan renunciado formalmente al otrora partido aplanadora.
 Huelga decir que a algunos les quedan las opciones de la diputación federal o local… PALACIO de Gobierno le han llamado a la sede del Poder Ejecutivo desde el 7 de septiembre de 1967 cuando fue inaugurado por el gobernador Emilio Riva Palacio Morales.

 Si mucho me apuran, incluso meses antes cuando, ensordecidos los vecinos por los ruidos de los picapiedreros, se consolaban: “es que están construyendo el Palacio de Gobierno”.
 El atrilero sabe de qué les habla: vivía en el 17 de la calle Hidalgo, a pocos metros del ruidajal que a quienes trabajábamos de noche nos despertaba demasiado temprano.
 Pasaron cuarenta y cinco años y Graco Ramírez le cambió el nombre oficial.
 Le puso “Casa Morelos”, pero el pueblo le siguió llamando Palacio de Gobierno.

 Hoy, por un decreto que fue publicado el jueves anterior en el periódico oficial “Tierra y Libertad”, oficialmente de nuevo se llama Palacio de Gobierno, pero en realidad no le fue devuelto el nombre, pues en los hechos nunca lo perdió.
 Cosas de la política burocrática que suele enredar lo simple.
 El mismo decreto prohíbe el comercio “en toda la superficie de la Plaza de Armas”, así que teóricamente el jueves la explanada debió amanecer sin comerciantes callejeros.
 Ahí mismo, según el decreto, que pronto se ve nació muerto, tampoco deberá haber mítines de partidos políticos, a menos que los manifestantes pidan permiso y la Secretaría de Administración se los conceda “en términos del Reglamento para la Plaza de Armas”.

 ¿Pero en las campañas para las siguientes elecciones el PRI, PRD, PAN, Morena pedirán permisos? La idea sería que sí, pero si se los niegan lloverán amparos por el derecho constitucional a la libre manifestación de manera pacífica.
 ¿No les digo?..  (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com

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