Hoy las semanas preelectorales no son de veda, la actividad política no para, se acelera, es durante las contiendas internas que se escriben los nombres definitivos de los candidatos de partidos tradicionales y en esta ocasión de los partidos de reciente creación. Cantadas ya las coaliciones de entidades viejas, como la del PRI-PAN-PRD para echarle montón a Morena e intentar hacerse con la mayoría de la Cámara de Diputados y la fuerza política que ello representa, la fusión de partidos supuestamente antagónicos podría ser replicada en los comicios locales, es decir, de ayuntamientos y diputados del Congreso Estatal. Asimismo, los candidatos independientes que no tienen partido o que si en el pasado simpatizaron con uno y hasta varios quedaron sin ninguno, como son los casos del ex procurador de justicia José Luis Urióstegui y el transportista Enrique Rodríguez Zagal cuyas posibilidades reales de ganar algún cargo en la jornada comicial de junio se ven simplemente nulas. Priista durante décadas en las que lo mismo fue delegado del IMSS que diputado federal y local, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente así como delegado del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, la de Francisco Moreno Merino ocurre en una situación peculiar. Si no va por el PRI irá por otro partido, y entre nuevas y antiguas organizaciones políticas hay más de veinte. Mientras tanto, “Paco”, como es conocido en fobias y filias, hace una campaña digamos singular, y esta es la nota. La despliega no sólo en las redes sociales, como dada la tecnología de hoy día sería lógico y natural, sino también de forma presencial, repartiendo panfletos, impresa su oferta de gobierno, entregada en mano propia a miles de personas mayoritariamente de condición popular en mercados, parques, plazas, canchas futboleras y otros sitios de concurrencia masiva. La estrategia de hacerse propaganda a la antigüita llama la atención, y siendo práctica poco tiempo pasará para que la imiten otros aspirantes a puestos de elección popular… EL dicho popular de que éramos muchos y parió la abuela aplica en Morelos. Tres años atrás, la creación de igual número de municipios agudizó la pobreza presupuestal de Miacatlán, Puente de Ixtla y Tetela del Volcán a los que les fueron arrancados los presupuestos de las nuevas demarcaciones municipalidades de Coatetelco, Xoxocotla y Tetela del Volcán que a su vez nacieron en medio de estrecheces económicas. Este antecedente hizo una crónica escrita de la protesta del alcalde de Puente, Mario Ocampo Ocampo, que tuvo la peregrina idea de bloquear las entradas vehiculares de Cuernavaca y presionar al Gobierno del Estado para que le entregue 200 millones de pesos con los cuales poder pagar los salarios que les debe a los trabajadores del Ayuntamiento. La respuesta a Ocampo fue de indiferencia, y no pudo ser en sentido positivo porque otros presidentes municipales hubieran seguido el ejemplo de la “rebeldía”. Así, la reacción de la diputada ixtleña Rosalina Mazari Espín fue natural en términos políticos, pero inútil en la práctica el reclamo de la supuesta aspirante a la misma alcaldía respecto a que el edil de marras no pudo manejar peor las finanzas de la Comuna, pero sin especificar por qué. En su momento también propuestos para ser convertidos en municipios, los pueblos indígenas de Cuentepec y Cuautla ya estaban sumidas en la pobreza, pero paradójicamente, al seguir perteneciendo a Temixco y Cuautla, se salvaron de mudarse a la miseria… (Me leen después).
Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com
