Morelos está “salado”, recurrentes las vueltas a México y el mundo las noticias de hechos nefastos que aquí suelen ocurrir.

Uno: el 15 de agosto de 2021, la cadena de choques de motociclistas que se desplazaban en dirección sur de la autopista México-Cuernavaca, poco antes, cerca y en la curva de La Pera. Los primeros reportes contabilizaron ocho muertos, describieron eslabones de lesionados y mutilados. Un infierno.

Dos: apenas en enero de este año, el escándalo a que dio lugar la foto publicada en “El Sol de México”, en la que apareció el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo al lado de los narcotraficantes Irving Eduardo Solano Vera, alias “El Profe”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); Homero Figueroa Meza, apodado “La Tripa”, cabecilla de Comando Tlahuica, y Raymundo Isidro Castro, “El Ray”, lugarteniente del CJNG.

Y sólo cinco meses después, el pasado martes, el colapso del puente colgante del Paseo Ribereño en la barranca de Amanalco, en las proximidades del puente Porfirio Díaz. Los videos inmediatamente en las redes sociales. En uno se ve a una docena de personas disponiéndose a cruzar el puente con piso de tablas. En primer plano está el regidor Hugo Manzo Godínez seguido de dos individuos, uno de los cuales viste camisa roja. Junto a éstos, una señora gordita de blanco camina junto al alcalde José Luis Urióstegui mientras adelante de éste avanza un tipo de camisa azul cielo. El presidente municipal también tiene camisa azul y pantalón gris, la mayoría usa tapabocas, no así el regidor Manzo y dos o tres personas más. Un sujeto con ropa y cachucha negras pega un par de brincos sobre las tablas del piso del puente que justo en ese momento colapsa. Se escuchan gritos y una voz masculina preguntando: “¿Están bien?”. No hay respuesta, se perciben el miedo y la confusión. Los primeros reportes hablan de ocho personas heridas, dos de ellas graves y seis con lesiones menores. La señora Luz María Zagal, esposa de Urióstegui, está lesionada, la regidora Patricia Torres sufre fractura de tobillo y el regidor Fernando Carrillo presenta golpes en la cabeza y el cuerpo. Poco más tarde trasciende el nombre del presunto culpable: Rodrigo Quintana, el ayudante de Amatitlán que se reserva el derecho de no declarar y dice que lo hará, pero después. Circulan videos de Urióstegui declarando a periodistas, y avisando que irá al hospital a visitar a los lesionados. El oportunismo enfoca al ex alcalde Antonio Villalobos, lo culpa del desaguisado pero en esta ocasión no lo es. Se aclara que los trabajos de rehabilitación del Paseo Ribereño no incluyeron al puente colgante. Publican datos concretos: las obras costaron tres millones 410 mil 729 pesos, consistieron en la construcción de un puente peatonal, instalación de paneles solares, estabilización de taludes en las laderas de la barranca, reforzamiento de muros de piedra que soportan el puente vehicular Porfirio Díaz, reparación de barandales, reactivación de sanitarios y caseta de vigilancia. Fueron ejecutados por la empresa “Pejume Construcciones” entre junio y octubre de 2021, es decir, cuando “Lobito” Villalobos aún era el alcalde.

En resumen, lo bueno es que no hubo muertes. Si un error hubo, es que a nadie se le ocurrió checar la resistencia del puente, digamos, a la Dirección de Protección Civil del municipio de Cuernavaca, y si de manera directa hay perfilado un presunto culpable, éste es el ayudante de Amatitlán, el “saltarín irresponsable”. La investigación de la Fiscalía Anticorrupción lo determinará… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com 

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