El Mando Coordinado de la Policía Estatal se halla enfermo de incapacidad, agoniza, está en fase terminal, morirá el año que viene. Nacido a fines de 2009, de inicio llamado Mando Único y luego cambiado el membrete por el que sugiere “coordinación” policial para la prevención y el combate del delito, la realidad es que no ha servido de nada o demasiado poco. Dadas las circunstancias, es seguro que los próximos presidentes y presidentas municipales le darán la puntilla, coincidentes ellos y ellas con las consideraciones del alcalde electo de la capital, José Luis Urióstegui Salgado, que afirma: el Mando Coordinado no ha generado resultados en nueve años, es decir, no ha producido positivos sino negativos en la seguridad pública. Señala que será necesario evaluar su continuidad, lo que estaría de más dada la opinión del propio Urióstegui, no el político sino el abogado, que recordó (a los machuchones del Gobierno del Estado): porque la Constitución es muy clara en el sentido de marcar responsabilidades para cada ámbito de gobierno, no se deben inventar otros acuerdos o firmas. Irrebatible por lógica la argumentación de Urióstegui, comentó luego de reunirse con integrantes de una agrupación cívica de cuernavacenses que no debe prestarse a la confusión la convocatoria del titular de la Comisión Estatal de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, en la que informará a los alcaldes electos sobre el sistema del Manco Coordinado: Advirtió: “La coordinación entre corporaciones estatales y municipales ya se encuentra establecida en la Constitución federal, por lo que resulta innecesario firmar un convenio como el que en su momento se denominó Mando Único y hoy se llama Mando Coordinado”. Remachó lo obvio: que será el cabildo de Cuernavaca el que determine en enero de 2022 si continúa o no la modalidad del susodicho mando que hoy existe en todo el estado. Y subrayó: “yo he señalado que si el Mando Único o Mando Coordinado no ha dado resultados para Cuernavaca en nueve años (seis con Graco Ramírez y tres más con Cuauhtémoc Blanco), no los va a dar posteriormente”. En el mismo sentido se ha manifestado el alcalde de Yautepec y hoy diputado electo por el 12avo. distrito, Agustín Alonso Gutiérrez. De hecho, esto que asienta textualmente Urióstegui retrata el sentir generalizado de la población: “no hay patrullajes, no hay prevención del delito ni disuasión”. Ex director de la Policía Municipal y ex subsecretario estatal de Seguridad Pública, el también próximo presidente municipal de Cuernavaca sabe de lo que habla cuando dice: “Tenemos que buscar mecanismos que no sólo imponga el estado sino también los municipios”. Al final, en la rutina del crimen hay delincuentes, policías malos y policías buenos. Una “probadita” de la nota roja reciente: Viernes: En el barrio Del Rosario de la calle de Tlayacapan se escucharon tiros. Le estaban disparando a un herrero que perdió la vida… A la calle Puebla del municipio de Temixco llegaron los paramédicos para revisar el cuerpo del señor Anastasio “N”, de 62 años de edad. Ya no respiraba, le habían disparado en la cabeza... José Carlos “N”, de 28 años de edad, fue ultimado afuera de su casa en la colonia Huauchiles de Jiutepec, por al menos dos sicarios que al parecer huyeron en una motocicleta… ¿Se imagina el lector si en lugar de Urióstegui la elección de la alcaldía de Cuernavaca hubiera sido ganada por el candidato del PES y de ya saben quién? Estaría pugnando por la continuidad del Mando (des) Coordinado, hablando maravillas del trabajo del marinero Guarneros… (Me leen después).
Por José Manuel Pérez Durán / jmperezduran@hotmail.com
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