En Cuernavaca el alcoholímetro va, no como otras veces que dijeron que vendría pero se quedó en el intento. Para ello será modificada la Ley de Ingresos, y aplicadas las multas a los automovilistas que sean pillados manejando borrachos. El propósito es evitar accidentes automotrices, salvar vidas, pero también tiene un objetivo recaudatorio, urgido como nunca antes el Ayuntamiento de fuentes de recursos.

En la capital morelense el programa conduce sin alcohol comenzaría a ser desde aplicado en diciembre de 2017 y, anunciada incluso la sanción de 6,067 pesos más IVA, al final quedó en una idea relativamente polémica. Cuatro años antes el alcoholímetro ya había sido instaurado en la Ciudad de México.

Las historias son recurrentes, de parrandas que se prolongan a la madrugada, hasta el amanecer o ya entrada la mañana. Los irresponsables conducen a gran velocidad, y acaban volcados o estrellados de frente con vehículos tripulados por personas en su sano juicio que sin deberla ni temerla suelen topar con la muerte.

Según datos de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, cada año en México se registran más de 24 mil muertes por percances automovilísticos. El dato no es reciente pero sí vigente: anualmente ocurren más de 14 mil decesos a nivel nacional por accidentes automovilísticos, la mayoría de personas que manejan en estado de ebriedad. Esta es la primera causa de muerte entre los jóvenes mexicanos.

A propósito, el alcalde José Luis Urióstegui confirma que en Cuernavaca suceden accidentes en la noche y la madrugada, muchos de ellos a por efecto del consumo del alcohol “y otras sustancias”. Una consecuencia de la llamada vida nocturna, pues.

¿Qué cuánto pagarán de multa las y los automovilistas que sean sorprendidos conduciendo ebrios? La nota dice que entre 20 y 30 umas, o sea, de mil 920 y dos mil 880 pesos, lo que sería ridículo comparado con lo que cuesta manejar ebrio en la CDMX, de 7 mil 200 a 14 mil 400 pesos más un arresto de 26 a 36 horas en el Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social. “El Torito”, como es popularmente conocido por los chilangos por haber sido el Rastro de la Villa de Tacuba desde 1929 hasta 1958, cuando desapareció tras 29 años de actividad y haber sido considerado por la prensa de los años veinte como el primer rastro más higiénico del Distrito Federal.

En Cuernavaca el alcoholímetro deberá funcionar acompañado de otras medidas del gobierno municipal, como que los antros cierren más temprano, máximo a las dos de la madrugada, así como reinstaurar esta medida en Jiutepec y Temixco, ampliarla a Emiliano

Zapata y eventualmente a Xochitepec para volverlo un programa de coordinación conurbada.

Instalaciones como “El Torito” no tenemos en Cuernavaca. Está el juzgado menor arriba del mercado ALM, pero ruinoso, sucio, de modo que habría que rehabilítalo o hacer uno nuevo.

El coctel del alcohol y la velocidad siembra muertes por doquier. ¿Se acuerdan? Periódico “El País”, abril de 2017. Los cuatro se subieron a un coche de lujo que recorrió tres kilómetros en un minuto. Había alcanzado casi los 200 por hora cuando colisionó contra un poste. La estructura dividió al coche en dos y los cadáveres de los cuatro jóvenes acabaron tendidos sobre una de las avenidas más importantes de la capital. El conductor está vivo y acusado de homicidio. Una botella de ginebra amaneció regando el suelo de la escena del crimen.

(Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

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