Los más de doce mil maestros y maestras jubilados en Morelos o el cincuenta por ciento de los maestros activos. Esta cantidad advierte una carga financiera que soporta el gasto corriente de gobierno. Incluye algunos datos interesantes, como el que los críticos de los “aviadores” señalan que con tanto dinero otorgado a los que cobran sin trabajar se podrían reparar baños, poner techumbres en escuelas donde los niños se asolean y se mojan, comprarles computadoras, butacas y pizarrones. 

Aplicado del 26 de septiembre al 29 de noviembre de 2014 en los planteles del país, prevalecen algunos resultados del primer censo de escuelas, maestros y alumnos de educación básica y especial elaborado por el INEGI. Los críticos reprochan que, antes de obtener la información sobre el sistema educativo nacional, el gobierno federal hizo una reforma en la que hubo disparidad en los datos de los estados y la información federal que existía antes de ese ejercicio. Hubo “mano negra” para maquillar cifras, subsistentes hasta hoy día las plazas no desempeñadas, pero eso sí, bien cobradas. Los “aviadores”, pues. 

En los estados de la República cada año las autoridades educativas erogan fuertes cantidades para pagar los sueldos a maestros con comisiones sindicales contrarias a lo establecido por la ley. Mientras, en la infraestructura educativa las carencias son tremendas.

 Y en relación con el papel del SNTE en el sistema educativo, los críticos del magisterio ubican a los dirigentes del SNTE como los directamente responsables de que un gran porcentaje de los jóvenes menores de 15 años tienen un nivel muy bajo de conocimientos en comparación con otros países.  

La historia del Día del Maestro se remonta a 1917, cuando un grupo de diputados –casi todos ex maestros– enviaron una iniciativa al Congreso para celebrar a los trabajadores de la educación. Se propuso que la fecha para conmemorarlo fuera el 15 de mayo. ¡Felicidades! 

LOS de Cuernavaca lo vimos a partir de la década de los noventa. Se pusieron de moda las plazas comerciales y los condominios habitacionales, derribados durante las obras de construcción miles de árboles para ganar espacio y hacer locales y estacionamientos de vehículos, permutada la vegetación por el cemento, eliminadas en innumerables puntos de la ciudad “quintas” arboladas de mil y más metros cuadrados. Un ejemplo solamente: sumada a la depredación ambiental la construcción informal de viviendas en predios de propiedad particular y terrenos ejidales y comunales, ¿cuántos árboles fueron talados cuando fueron construidos los edificios de Altitude y la Plaza Galerías? Varios miles, perpetrado el ataque a la vegetación y el clima gracias a la corrupción de funcionarios a cambio de “mordidas”. 

En Huitzilac la tala clandestina del bosque es descarada, roto el silencio de la noche por el estruendo de las motosierras asesinando árboles que puede escuchar cualquiera que rente una cabaña para el fin de semana. 

Escurridizo el agua que bebemos los cuernavacenses del subsuelo del corredor biológico Chichinautzin, disminuido el caudal en manantiales y pozos, la escasez del líquido vital que se acentúa en las temporadas de estiaje es una de las consecuencias de la depredación ecológica que gobierno alguno ha sido capaz de frenar. Esto y las fugas en las redes de suministro, la cultura del desperdicio del agua así como organismos administradores del líquido indispensable ineficientes y caros. ¡Puf!.. (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

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