Centrada la atención del público en la noticia del día a día, vista la “estrategia” de la figura del gobierno que al reaccionar mediáticamente no marca la agenda, distraídos los “analistas” de eventos de interés colectivo en la superficialidad del chisme político, pareciera que hemos olvidado lo verdaderamente importante. Morelos no ha cambiado, se halla igual o peor que antes. Para no ir más lejos, la herencia nefasta a Cuernavaca. Kilométrico el expediente de carencias, incapacidades y corruptelas en más de un sentido, el resumen es la anarquía que no por añeja consuela. Aquí unos pocos botones de muestra: alumbrado público casi al cero, convertidas en bocas de lobo lo mismo calles de colonias populares que avenidas de fraccionamientos residenciales, bulevares y plazas públicas. Baches: tantos como recordatorios familiares le granjean minuto a minuto a la autoridad. Basura: las bolsas que dejan en la calle los cochinos más la que no recogen los camiones recolectores, insuficientes, viejos y cochambrosos los botes de depósito en el Zócalo e inexistentes en otros espacios peatonales asimismo concurridos. Tránsito vehicular: caótico, complacientes los policías de vialidad con choferes de “rutas” y taxis, dedicados a juntar “el entre” diario para “el jefe”, extorsionando preferentemente a automovilistas foráneos pero sin dejar escapar a los lugareños. Estacionamiento: la “transa” compartida por funcionarios y dueños de restaurantes cuyos vallets parkings cobran por adelantado pero aparcan los coches en las calles cercanas, advertidos los clientes de que “la casa” no se hace responsable de robos o daños a los vehículos. Imagen urbana: sin orden ni concierto, caótica, plagadas las fachadas de anuncios de todos colores, tamaños y estilos, contaminado el paisaje por “espectaculares” con o sin permiso de la autoridad, tendidos de una acera a otra los cables de luz, clavados los postes a media banqueta y colgadas de paredes las telarañas de alambres. Invasión de áreas peatonales: casos de los restaurantes zocaleros y el edificio Las Plazas, rentados los pasillos que no le son propios, sino de la ciudad, arbitrario el permiso y sospechosa “la mordida” para el jefe de la dependencia respectiva... Y mucho más de esto que, si no merece una ciudad, la pregunta es hasta cuándo. Los cuernavacences comprendemos que el Ayuntamiento no tiene dinero suficiente con el cual pueda resolver rápidamente algunos problemas. Debe hasta la camisa, pues heredó una montaña de deudas. Pero hay entuertos que para enderezarlos no se requieren muchos billetes; basta con la voluntad política de querer hacerlo. Solo, el alcalde Pablo Villalobos Adán no puede con todo. Allá sus colaboradores si le ocultan o maquillan la información. Conoce Cuernavaca, aquí nació y de aquí es, no como otros… CON una población de 163 mil 427 habitantes, según el censo de población y vivienda de 2010, el municipio de Jiutepec tiene 163 mil 427 habitantes. La principal ocupación es la construcción, seguida de la industria gracias a los empleos en la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca, trabajos formales e informales y en un plano pequeño el campo. Esto último como consecuencia del crecimiento demográfico del que en este sentido “Jiute” es el segundo municipio de Morelos, urbanizado una gran parte de su territorio y comparativamente chico el espacio dedicado a la agricultura. Lo cual no significa que los campesinos sean dejados al garete por el gobierno municipal, acordado por el cabildo la entrega, por parte del alcalde Rafael Reyes Reyes, de 50 toneladas de fertilizante y media tonelada de semilla para maíz a productores de los ejidos de Calamatlan, Milpillas, Loma Esmeralda, Acolapa, Tambuco, Progreso, Tejalpa, Cliserio Alanís, Chapultepec y Jiutepec. Tomado para ello un medio millón de pesos del Fondo de Aportaciones Estatales para el Desarrollo Económico para el programa “Sembrando maíz en tierra fértil para el buen vivir primavera-verano”, Reyes destacó que si bien Jiutepec es una localidad con esencia industrial, por estar ubicadas ahí las fábricas que aportan el mayor porcentaje del Producto Interno Bruto al estado, el compromiso de la actual administración municipal es con todos los segmentos productivos. De lo cual, por cierto, no pueden presumir los hermanos de Guerrero, bloqueada el jueves pasado la carretera que va de Iguala a Chilpancingo por campesinos a los que, ya con la temporada de lluvias encima, el gobierno de Héctor Astudillo Flores no les había entregado el fertilizante… (Me leen después).

 

José Manuel Pérez Durán
jmperezduran@hotmail.com

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