Para el comisionado estatal de seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, la masacre del sábado en un restaurante de mariscos de Cuautla fue un ataque directo contra dos médicos y sus familias. Precisó: “Quiero ser claro en este aspecto, de que no fue un ataque contra comensales de un restaurante, sino que estas dos familias llegaron, pidieron estar en un lugar privado (como) el restaurante no contaba con él les improvisaron un par de mesas en la parte de atrás, que es un lugar donde limpian las mojarras que venden ahí y acumulan la basura, y aun así ellos quisieron estar ahí”. Detalló: “…Y posteriormente llegaron en una camioneta tipo Suburban unas gentes para acribillarlos a balazos ahí. Desgraciadamente murieron cuatro personas, dos de ellos menores, y el día de hoy (lunes) falleció otro niño”. Pero en opinión del fiscal general, Uriel Carmona Gándara, las cosas no ocurrieron así, pues según él la agresión no estuvo dirigida a las víctimas sino a otros comensales que se encontraban en el mismo restaurante, citado uno de éstos por el vicealmirante Ortiz como un líder criminal que opera en la zona. Descoordinados, contradiciéndose en el tema de la seguridad ha sido como funcionarios del Gobierno del Estado asumen este caso que pone nuevamente a Morelos en la nota roja nacional. “Sagaces”, podrían considerar que después de todo ¿en la estrategia del olvido quién repara en la impunidad? ¿Recuerda el lector? Cerca de la medianoche del jueves 28 de febrero llega a bordo de un auto blanco un grupo de cuatro sujetos a la placita de la esquina de Domingo Diez y Paseo del Conquistador. Disparan desde el exterior al bar “Sophia”, y luego entran para rafaguear a clientes y empleados. Al día siguiente, los medios destacan a una joven veinteañera muerta y al menos cuatro heridos, el bar es clausurado y los siguientes fines de semana hay operativos que clausuran antros que no tienen permisos o violan horarios de funcionamiento… De cualesquier maneras que la autoridad vea este tema, lo que no reconoce es que este que corre ha sido un año inédito en términos de violencia. Para no ir más lejos, a fines de febrero los asesinatos de siete personas en un antro de Yautepec y el robo de una docena de automóviles en un salón de fiestas de Jiutepec ya no sólo confirmaban el recrudecimiento de la inseguridad pública, también elevaron el tono del reclamo social porque en la percepción social las corporaciones policíacas y el Ejército no estaban haciendo bien su trabajo. De hecho, siguen sin hacerlo. En Morelos, la mayoría de la gente se siente cada vez más insegura, pero esta sensación que es evidente, en la paradoja tiende cortinas de humo sobre casos específicos que de otras formas también afectan al estado. Una, el presunto fraude de cientos de millones de pesos por el que han sido tan insistente como inútilmente señalados los ex diputados Francisco Moreno Merino, Beatriz Vicera Alatriste y Hortencia Figueroa. Pero no obstante los dimes y diretes de uno y otro lado, la gente común no muda de opinión y los ve perfilados a la impunidad. Al mismo tiempo mira “sigilosas” a las actuales legisladoras Rosalinda Rodríguez Tinoco (PRD), Ana Cristina Guevara Ramírez (MC) y Blanca Nieves Sánchez Arano (Panal) así como a los diputados Marcos Zapotitla Becerro (Morena) y José Casas González (PT), cuando por razones inefables por el recuerdo de los “moches” en la anterior Legislatura se abstuvieron de votar el paquete económico 2019 del Gobierno Estatal. Una situación de zozobra que no por haberse acostumbrado tranquiliza a la sociedad, angustiada por la convicción de que pasarán todavía muchos años más para que la tranquilidad regrese. Un año atrás, Cuernavaca vivía días parecidos a los actuales que, visto está, no han mejorado sino empeorado. En abril de 2018, una balacera en un antro de la colonia residencial Vista Hermosa saludó el arranque de las campañas de los ocho candidatos a gobernador. Lesionados diez hombres y dos mujeres, la mayoría jóvenes veinteañeros fueron atacados por un grupo de pistoleros. Tan abundantes como insistentes las cifras rojas en medios de información, si en 2018 fueron reportados 743 homicidios, entre éstos 81 casos de feminicidios y citados como los municipios más violentos Cuernavaca y Jiutepec, respectivamente con 113 y 56 asesinatos, hoy día que el crimen va al alza la pregunta vuelve a ser: hasta cuándo y por qué… (Me leen mañana).

 

José Manuel Pérez Durán
jmperezduran@hotmail.com

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp