El dólar araña los 22 pesos, el precio del petróleo crudo se desplomó y, para acabarla de amolar, el corona virus se empieza a hacer presente en gran parte del territorio mexicano. Por suerte, de muchas maneras Cuernavaca es aún el paraíso, aunque vista la rapidez con la que se propaga el temible cobid-19 ojalá que no nos llegue el infierno. En los restaurantes comienzan a verse pocos clientes, una o dos mesas con clientes a la hora de comer y menos en la cena. Si la inseguridad ya vaciaba de gente las calles apenas caían las primeras sombras de la noche, pocos días deberán pasar para que la soledad de la noche sea absoluta y la economía, desplomada hace tiempo ya, se derrumbe de plano. Mientras tanto, lo que quiere Cuernavaca es que no suceda lo indeseable del pesimismo realista. Que aquí la cuarentena no sea una medida obligada. Algo así como empedrar el camino con buenos deseos. Por lo menos... EN la brecha de la cruda realidad, una balacera que se escuchó a kilómetros de distancia por el rumbo de la carretera Cuernavaca-Taxco movilizó a la policía. Los sujetos que le dieron gusto al dedo no fueron detenidos, pero sí un lugareño que se movía en una motocicleta robada. Sucedió el miércoles por ahí de las dos de la tarde. Horas después, cerca de la medianoche unos policías recuperaron una “moto” robada que fue reportada afuera de una tienda en la colonia Tres de Mayo de Emiliano Zapata… Las motocicletas o el fenómeno del bípedo como herramienta para asesinatos. Es sabido que en Colombia y en otros países de Centro y Sudamérica hace años que, en horarios para ello establecidos, está prohibido que dos personas viajen en motocicleta. En Medellín, la tierra del capo del narcotráfico Pablo Escobar Gaviria, por décadas las motocicletas han sido un instrumento mortal utilizado por pistoleros para acercarse a sus víctimas. Se desplazan en parejas, el conductor y el matón se ponen a un lado de su objetivo, el sicario le dispara y se alejan rápidamente. Igual que en Morelos. En Colombia las autoridades llevan años intentado contener los asesinatos en motocicletas, exigiendo que los motociclistas usen chalecos reflejantes y cascos donde muestren los números de sus placas. Aquí no. Meses atrás, la Comisión Estatal de Seguridad advirtió que de diciembre a abril de 2019 había revisado 80 mil motocicletas (porque) en la mesa interinstitucional de coordinación para la paz y la seguridad se observaba que prevalecía el uso de este tipo de vehículo para cometer ilícitos. Pero si entonces las estadísticas oficiales ya advertían que en el rubro de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes Morelos se hallaba en el quinto lugar nacional, pasados once meses la situación no cambió gran cosa. Realizadas entre diciembre de 2018 y abril de 2019 más de 80 mil inspecciones a motociclistas, se comprobó que un gran porcentaje de los homicidios dolosos que se cometen en Morelos era con el mismo modus operandi: dos motociclistas que llegan, uno que se baja y otro que ejecuta. Supuesta desde un año atrás la prohibición de que los motociclistas circulen con permisos provisionales, en mayo el gobierno estatal informo que estaba elaborando una iniciativa de ley que establecería a motociclistas el uso obligatorio de chalecos con caracteres reflejantes. Pero por angas o mangas la especie quedó en sólo un buen deseo… para facilidad de los motosicarios… (Me leen después).
 

José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

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