Una noche que debía estar marcada por la fe y la reflexión terminó en tragedia. Un ataque armado perpetrado durante la representación de la aprehensión de Cristo, realizada en el Barrio de San Miguel, dejó como saldo una mujer fallecida y un hombre herido, en medio del pánico generalizado de los asistentes.
El atentado ocurrió la noche del jueves 17 de abril, cuando decenas de familias se congregaban para presenciar una de las escenificaciones más tradicionales de la Semana Santa católica. Testigos relatan que la representación apenas comienza cuando se escuchan disparos, provocando confusión, miedo y caos entre los presentes.
Identificar a la víctima mortal
La Fiscalía General del Estado de Guanajuato confirmó la mañana del viernes que una de las víctimas fue una mujer identificada como Jazmín “N” , quien perdió la vida en el lugar. Un hombre más resultó herido, aunque hasta el momento su identidad no ha sido revelada por las autoridades.
Fieles vivieron momentos de terror
Videos difundidos en redes sociales muestran la angustia vivida por los asistentes. Algunos se tiraron al suelo, otros buscaron refugio debajo de las sillas o tras estructuras improvisadas. En las imágenes se observa cómo uno de los organizadores, con micrófono en mano, intentó calmar a la multitud pidiéndoles que permanecieran agachados.
Minutos después, cuerpos de emergencia y elementos de seguridad arribaron al sitio, donde hallaron a las víctimas tendidas sobre el asfalto, cerca de los puestos de comida instalados como parte de la verbena popular.
Otro ataque la misma noche
Este hecho no fue el único registrado la noche del jueves. Autoridades informaron sobre otro ataque armado en el Eje Norponiente , a la altura del Parque Celaya, donde un joven identificado como Ariel “N” fue asesinado.
Hasta el momento, no hay personas detenidas por ninguno de los dos hechos violentos. La Fiscalía continúa con las investigaciones correspondientes.
La comunidad católica de Celaya lamentó profundamente el ataque y exigió justicia ante la violencia que empañó una celebración religiosa que, durante años, ha sido símbolo de unión y paz en la zona.