El centro comercial Adolfo López Mateos (ALM) lució abarrotado este sábado con motivo de las compras para la celebración del año nuevo y pese a que se encuentra en remodelación, refrendó su lugar en la venta de productos comestibles en general y de temporada.

Hacia las doce del día los estacionamientos estaban a tope y el tráfico en el circuito ALM era más intenso que de costumbre.

En el interior, los pasillos de la carne, verdura, fruta de temporada y semillas, chiles y especias, marcaban el ritmo de la actividad.

Las amas de casa checaban el precio de las uvas para la tradición de las doce campanadas; del tejocote, caña y canela, para el ponche, y de la manzana para la ensalada.

Aunque para muchas personas la celebración del Año Nuevo no tiene la misma relevancia que la de la Navidad, el trajinar de los visitantes al mercado municipal más grande del Estado, refiere lo contrario.

En contraste con el “hervidero de gente” en el circuito ALM, las calles del primer cuadro de la capital lucieron más tranquilas, sobre todo, porque los comerciantes informales que advirtieron la toma de las calles para la vendimia de Fin de Año, finalmente, no se instalaron y se reservaron para el Día de Reyes. i

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