Las sagas cinematográficas  tienen la capacidad de atrapar al público y generar audiencias  que guarden en el inconsciente colectivo un mar de referencias que construyan la cultura popular (pop). 
Tal es el caso de “Volver al Futuro” (Back to the future), de Robert Zemeckis y  producida por el tan aclamado Steven Spierlberg. 
La trama gira en torno a Marty McFly (Michael J Fox), quien  logra viajar en el tiempo 30 años atrás, justo al lugar en el que sus padres se conocieron y enamoraron.
Accidentalmente, McFly cambia los hechos y se ve forzado a viajar en el tiempo más de una vez con ayuda de un científico y amigo suyo, Emmett Brown (Christopher Lloyd), con la finalidad de reunir a sus padres y así asegurarse de que ambos se enamoren y así asegurarse de que él existirá en el futuro.

Hablar de Volver al Futuro no es únicamente de una trilogía de películas cómicas de ciencia ficción, sino del estreno más taquillero de 1985, puesto que en su primer fin de semana logró recaudar la cantidad de 11 millones, 152 mil quinientos dólares y un total global de 381 millones, 109 mil 772 dólares tan sólo de la primera película, es decir, su éxito fue tal que dio pie a las dos siguientes películas.

Los guionistas han hecho público en más de una ocasión, que la inspiración para este filme surgió de la revisión de un viejo anuario de sus padres, tras lo cual surgió la pregunta “¿mi papá y yo hubiésemos sido amigos de haber estudiado en la misma escuela? Lo cual dio la pauta para la conocida trama, en la cual Marty regresa al año 1955 y tras conocer a sus padres de jóvenes, la “madre” se enamora de él y comienza el nudo del filme.

Los efectos especiales que podemos encontrar en Volver al Futuro son bastante avanzados para su época, y es que, si por algo se han caracterizado los largometrajes de ciencia ficción es por el uso ilimitado de este recurso; en este caso, podemos encontrar un equilibrio adecuado entre las actuaciones, el uso de los mismas y la tan particular producción que Spielberg nos regala en cada una de las muestras que conforman esta trilogía.

Volver… al presente

A 35 años del estreno de la primer entrega de la saga podemos observar a un Michael J Fox bastante cambiado debido a su mal de Parkinson y a un Christopher Lloyd de edad muy avanzada aún teniendo con mucha vitalidad juntos en el evento The Poker Nigth que se hizo a beneficio para la ONG fundada por J Fox que se dedica a investigar la enfermedad que este actor parece, lo cual nos obsequia una excelente postal conmemorativa de la saga que a más de uno le recodará su infancia o su juventud.

Al final, Spielberg nos da una excelente producción y actuaciones entrañables que son parte no sólo de la identidad de una generación sino de los clásicos del cine popular contemporáneo que hasta es uno de los mejores logrados y que no ha tenido necesidad alguna de remake.

Israel García Rojas
259401.ig@gmail.com

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