“Volví a nacer el 21 de agosto de 2024”. Así resume Cristina Gómez Hernández, de 39 años, la segunda oportunidad de vida que recibió tras un trasplante de riñón en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Morelos.

Su historia, marcada por el dolor, la fortaleza y la gratitud, es una clara muestra de la importancia de la donación de órganos, en el marco del Día Mundial de los Pacientes Trasplantados.

Cristina recuerda el 16 de octubre de 2023 como el día en que su vida cambió. Ingresó al hospital por un cuadro de dengue, pero los estudios revelaron un diagnóstico inesperado: insuficiencia renal en etapa cinco. En cuestión de horas fue sometida a una diálisis de emergencia. “Fue devastador. Nunca tuve síntomas, siempre estuve activa y me sentía bien. Jamás imaginé que mis riñones estaban fallando.”

Durante nueve meses enfrentó un proceso doloroso y desgastante por los tratamientos continuos, agotamiento físico, náuseas, internamientos frecuentes y una fuerte carga emocional para su familia. Aunque su esposo se ofreció como donador vivo, no cumplió con los requisitos médicos, por lo que Cristina ingresó en la lista de espera para un trasplante cadavérico.

“El 20 de agosto me avisaron que había un posible donador. Me hicieron estudios de compatibilidad y esa misma noche me confirmaron que era candidata. El 21 de agosto me trasplantaron. Esa fecha es mi nuevo cumpleaños”, cuenta emocionada.

Desde entonces, su salud mejoró por completo. Volvió a su vida laboral como capturista, convive con su hija de 19 años y valora cada día con una nueva perspectiva. “Me siento llena de energía. Mi vida volvió a ser hermosa.

Estoy infinitamente agradecida con mi donador, con su familia, con los doctores y con el IMSS, que siempre estuvieron al pie del cañón.”

Cristina no conoce la identidad de su donador, pero asegura que su gesto la marcó para siempre. “Gracias a ese ángel, yo estoy aquí. Esa familia no solo salvó mi vida, salvó muchas más. La donación de órganos es un acto de amor que trasciende.”

Consciente de que muchas personas tienen miedo o desconocen sobre el tema, hizo un llamado a informarse y hablarlo en familia. “No hay que tener temor. Hay que saber que donar órganos no significa morir antes, ni que vas a vivir menos si donas en vida. Al contrario, salvas vidas. Es algo mágico y lleno de amor. Donar es compartir vida.”

A quienes enfrentan una enfermedad similar, les pidió no rendirse. “No pierdan la fe. La oportunidad llega cuando menos se espera. Solo hay que ser pacientes y confiar. La vida puede volver a ser bella.”

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