Como si fuera una serie de televisión, los mexicanos y los morelenses estamos viviendo capítulos que, al parecer, ayer empezaron a acabarse, lo que es algo que todos esperamos, ya que estamos hartos de que nos informen de cómo nos robaron los del régimen anterior, cuántos y cuántos millones se llevaron; pero, eso sí, llegan hasta a presentar denuncias chafas para que existan posibilidades de que salgan.

Al parecer, en el gobierno federal ya están tomando cartas en el asunto, y ayer detuvieron al presidente de Altos Hornos de México, que al parecer hizo un negocio chueco con la venta de fertilizantes mexicanos con el ex director de Pemex Emilio Lozoya, a quien ya se le dictó orden de aprehensión.

Aquí en Morelos, la fiscalía especializada sigue fingiendo demencia y, a pesar de que cada día conocemos, desde hace seis meses, un nuevo robo de la administración anterior, no hace nada; y creo que ya es momento de que el Congreso lo llame a cuentas.

Iniciar una averiguación en contra de la ex secretaria de Obras Públicas no es nada, comparado con todo lo demás que se robaron; nada más el negocio de las medicinas de los amigos de Gayosso daría para recuperar millones de pesos que le hacen falta a Morelos, por lo que los ciudadanos debemos de exigirle soluciones al Congreso del Estado, que está muy preocupado por celebrar su aniversario, en lugar de determinar tiempos y ponerle las peras a veinte al fiscal especial; ¿si éste no entiende que debe de buscar la mejor manera de consignar a quienes nos robaron, para que regresen el botín y paguen por rateros, para qué está en el cargo?

Aquí sabemos desde hace años como robaron en SAPAC y nadie dijo nada cuando corrieron a los Yáñez, se les olvidó al poco tiempo, pero el dinero ellos se lo quedaron o se lo repartieron. Perdón, pero no se entiende de otra manera, así mismo, desde el inicio del régimen sabemos que día con día se encuentran nuevos negocios familiares de miembros de la anterior administración; el escándalo fue sobre las despensas que se robaron de los damnificados, los millones y millones que llegaron a Morelos y que los funcionarios de las delegaciones se repartieron, y la manera en que estafaron a los morelenses, pero a ésos nadie les hace nada. Existe una impunidad creciente en las autoridades de justicia mientras no se castigue y, desde luego, eso es corrupción.

Estamos hartos y cansados de que nos den noticias de los robos y los abusos que cada vez son más grandes, pero no pasa nada; los ciudadanos sólo nos quedamos viendo como espectadores de una mala obra de teatro.

Sería mejor que no declararan nada y se quedaran callados mientras no tengan la capacidad de poner orden, la corrupción no se va a acabar por decreto, ni por decir ahora somos honestos; ésta se acaba poniendo ejemplos de castigo a los corruptos, para que los que lo pueden hacer ahora lo piensen y sepan a lo que se arriesgan; que se vea que tienen que regresar lo que se robaron y además un castigo en prisión; mientras no pase eso, la corrupción seguirá viento en popa.

La sociedad está cansada de que sólo se le den promesas; la política, siendo el arte de la inteligencia, está totalmente corrompida, han acabado con ella, y ahora es símbolo de corrupción y de robo, y no de servicio a los demás como debería de ser.

Al parecer, no entienden que con la vara que mides serás medido o juzgado, o será esa la razón por la que no se hace nada, se echan la culpa como si se estuvieran pasando el balón, pero a la hora de tomar verdaderas determinaciones nadie quiere la responsabilidad; nadie toma las decisiones, la mediocridad y la falta de definición es un problema claro en las administraciones de gobierno.

El poder se da para ejercerlo y el problema de la administración pública es que el cargo dura tres o seis años, pero si uno no enfrenta las realidades de frente y ante todos y le da la trasparencia necesaria, así como la socialización adecuada la vergüenza dura toda la vida.

Necesitamos que el gobierno no sólo declare, sino que con hechos demuestre de qué está hecho y que en verdad quiere acabar con la corrupción; los meses pasan volando y ya casi tiene un año. La promesa de campaña fue meter a Graco a la cárcel y al parecer no saben o no pueden hacerlo, lo que como el bumerang se les volteará en su contra. Los ciudadanos en México y Morelos no se han puesto de acuerdo para exigir, pero los resultados de una desilusión pueden traer consecuencias fatales. ¿No cree usted?

 

Teodoro Lavín León
lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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