Al parecer hay mano negra en el conflicto universitario. Las cosas con el sindicato de trabajadores administrativos están muy extrañas y hay cosas que no se pueden ocultar; nada más cheque usted cómo están instalados los módulos para los elementos que están de guardia frente a las instalaciones universitarias. Todos esos guardias están uniformados y se nota que hay quien tiene mucho dinero y lo está invirtiendo para que la huelga siga.

 

La mano negra es clara y no la ve quien no quiera ver, pero la verdad es que son tan obvios que no lo pueden ocultar.

 

Hay varios “candidatos” a ser los que se han ocupado de mantener la huelga que les molesta, porque la Universidad va bien y, sobre todo, ha podido salir adelante a pesar del desorden y la cantidad de tonterías que hiciera la administración pasada con un rector que, sintiéndose precandidato a gobernador, acabó perseguido por la justicia. Así que la Universidad ha salido adelante por la manera adecuada en que se han conducido sus finanzas, pero hay varios problemas.

El problema más reciente es el del edificio principal, que es emblemático en la Universidad, y donde se supone estarán la Facultad de Arquitectura y otras, pero primordialmente ésa; y, en una situación muy específica, a pesar de estar terminado el edificio, no se ha entregado porque el gobierno estatal tiene que pagar 53 millones que hacen falta. No podría asegurar nada, pues no conocí el proyecto, pero hay quien dice que el que lo construyó se pasó del presupuesto y, por ello, el retraso del pago; y hay quien dice además que les sirvió a los constructores como un muy buen negocio a costa de la Universidad, la que, hay que ser claros, no intervino en la construcción y equipamiento del inmueble.

Por lo apuntado, como usted se imaginará, al regresar a clases presenciales los estudiantes de arquitectura no tenían donde tomar las clases y por ello protestaron; cuentan que hay un director que, conjuntamente con el de esta facultad, fueron los que manipularon a los alumnos para que se manifestaran, y esa manifestación molestó a los delicados funcionarios estatales.

Al parecer, la culpa se la echan al rector, y su molestia es porque, al haber un conflicto así, tiene que intervenir la federación y se podrá sacar conclusiones de los negocios en su construcción. Todo esto son especulaciones en los pasillos universitarios, pero cuando uno ve cómo están los módulos enfrente de las instalaciones universitarias para que se resguarden los que hacen las guardias, los que no se ven con cara de desesperación, a pesar de que oficialmente no cobraron la quincena porque se fueron a huelga el día anterior y están felices y contentos, no queda más que pensar que hay algo muy chueco en el asunto. ¿Qué sucede realmente?.

Pues que hay que “pensar mal y acertarás”, ya que la mayoría de los salarios de los trabajadores administrativos no son malos; y algunos se quedaron fuera del mínimo con el aumento del salario de diciembre, es cierto, pero eso se arregla de manera rápida porque hay que respetar la ley.

Pero otro indicador de que hay algo turbio es la campaña en las redes sociales que tienen los administrativos. Si dices algo sobre lo malo de la huelga en redes, de inmediato te contestan y te descalifican por las mismas redes; esos no son trabajadores, esos son “troles” que están pagados por alguien que tiene recursos y que los apoya o los mueve desde atrás.

Es verdaderamente triste que existan gentes que se puedan oponer a la cultura de esta manera. La verdadera cultura se da en la Universidad, pero la verdad es que parece que no lo entienden porque nunca han estado en ella, pero lo más increíble es que traten como partido político a una casa de estudios.

 

Los movimientos de los universitarios siempre han existido y siempre se han llevado a cabo sin problemas; desde luego a excepción de los dos grandes: el del 68, en el que mataron a muchos de nuestros compañeros y el del 10 de junio.

 

La verdad, es preocupante que esto suceda. Pueden ser varios los que mueven la cuna desde la obscuridad, y creo que deberíamos de buscar sacarlos al balcón porque no se valen este tipo de actitudes, las cuales perjudican nada menos que a 42 mil alumnos. Hagamos algo y tratemos de desenmascararlos, porque la Universidad y el estado se lo merecen. 

¿No cree usted?

Por: Teodoro Lavín León

lavinleon@gmail.com
Twitter: @teolavin

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