Ayer, colada en medio de otras notas en uno de los medios de comunicación, había una, sin firma, en la que se afirmaba que le diríamos adiós al INE en nuestro país, lo que desde luego llamó mi atención conociendo una serie de detalles que el nuevo gobierno federal piensa aplicar y, por supuesto, analizando el porqué el Presidente Electo no toma en cuenta al organismo electoral para las consultas que ha realizado.

Con más de dos dedos de frente, podemos darnos cuenta de que el Presidente Electo y su equipo de trabajo no quieren utilizar al INE en las consultas que han hecho o harán antes de tomar posesión.

Quienes defienden al organismo electoral han comentado que la razón es que las consultas no son oficiales, lo que de manera legal es cierto, pero en la práctica la primera consulta y su resultado, así como las consecuencias del mismo, han traído una diferencia en los mercados internacionales de cómo se veía al país antes y después.

La segunda de esas consultas sobre las obras más importantes que se llevarán a cabo en el sexenio está por llevarse a cabo, pero en ninguna se mencionó siquiera al INE.

Nadie puede negar que el nuestro es el país que más gasta en elecciones y, desde luego, no somos el más grande. El gasto del INE es verdaderamente impresionante, y yo recuerdo cuando lo creamos en el año 1990, cuando no teníamos más que una mesa por cada dos circunscripciones y una sola secretaria y, sin embargo, armamos todas y cada una de las juntas locales y distritales trabajando, claro está, más de doce horas diarias, porque el IFE se creó en octubre de 1990 y la elección sería en julio de 1991, por lo que teníamos poco tiempo y había que crear todos los organismos electorales locales y distritales.

Era una época diferente. Los consejeros no eran vacas sagradas, como ahora, y todo mundo se ponía la camiseta, había que cambiar la manera de llevar las elecciones en el país y urgía -a pesar de que la que venía era una elección intermedia y sólo cambiaba la Cámara de Diputados-, así que era más sencilla al parecer y se probaría antes de la elección presidencial.

A pesar de que se nombró gente en su mayoría prestigiada en los diferentes estados, en muchos casos se trataba de ciudadanos que no conocían lo que era una elección, y la diferencia fue que los operadores de la elección fueron las juntas distritales; las juntas locales siempre han sido unas recopiladoras de resultados distritales solamente, pero en ese momento eran muy importantes porque era la manera de comprometer a los gobernadores a que participaran y se pusieran con su “cuerno” económico en la elección, ya que la institución no tenía dinero; y la verdad es que salió muy bien.

No sé cuántos, no me acuerdo, pero varios distritos no tuvimos impugnación de ninguna naturaleza, como el que me tocó presidir, el primero del estado, el de Cuernavaca. Así fue creciendo, convirtiéndose en el monstruo que es hoy, con una cantidad de recursos inimaginables, y ahora acaba de realizar sin pena ni gloria una consulta de niños y jóvenes.

El artículo mencionado al principio dice lo siguiente: “El diputado federal Javier Hidalgo, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), presentó una iniciativa para una Ley de Ciudadanía Digital”. Ésta incluiría, entre otras cosas, que los mexicanos puedan realizar trámites a distancia, como emitir el voto de manera electrónica.

Este mecanismo se implementó desde 1994 en Coahuila, donde se hicieron las primeras pruebas después en una elección local (a la que asistí) y fue un fracaso; ahora la tecnología está muy avanzada y pudiera ser que se tomen en cuenta los software que se aplicaron en la Unión Americana.

De acuerdo con el legislador morenista, esta propuesta permitiría alcanzar un nuevo tipo de relación entre la ciudadanía y el Estado, y se convertiría en un nuevo canal, a través del cual se favorecería a una sociedad que cada vez se vuelve más activa y busca incidir de forma cada vez mayor en la toma de decisiones políticas.

En caso de ser aprobada, esta ley permitiría que los ciudadanos participaran de manera electrónica en procesos como los comicios electorales o la convocatoria a consultas ciudadanas, figura que se ha convertido en una prioridad para la administración que encabezan Andrés Manuel López Obrador y Morena. Consecuentemente, con ese criterio también el IMPEPAC saldría sobrando.

Como que está muy fácil para ser realidad y habría que ver cómo funcionaría y cómo se puede lograr que no existan las mil y una trampas que los partidos de inmediato inventan.

El INE es un monstruo y la desconfianza lo ha hecho crecer de más, hay que adelgazarlo de manera drástica y decidir qué hacer con los órganos locales, pero de eso a hacerlo desaparecer sería una estupidez, dicho con todo respeto al señor diputado. ¿No cree usted?

 

Por: Teodoro Lavín León

lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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