El pasado jueves, el Ejecutivo Estatal se reunió con diferentes grupos de la Sociedad Civil del estado para buscar una solución y formar un plan de pacificación para acabar con la inseguridad en que vivimos día a día.

En una multitudinaria reunión que se repetirá cada mes, el Ejecutivo presentó, a través de los responsables de la seguridad, los proyectos con los que se estará trabajando para luchar contra este flagelo que golpea constantemente a la sociedad.

Lo presentaron no sólo las autoridades locales, sino también las federales, quienes señalaron la manera en la que piensan que podrán lograr la pacificación del estado, presentando planes y proyectos de manera explícita.

Los miembros de la Sociedad Civil escuchamos con interés todas y cada una de las propuestas que se dieron a conocer y, más tarde, se inició una serie de preguntas de los representantes de la propia Sociedad Civil; sin embargo, el tiempo que muchas de las veces no alcanza, como ese día, no permitió que se cumpliera con el objetivo completo, ya que por un compromiso con el Presidente de la República en Palacio Nacional, el Gobernador del Estado tuvo que retirarse y sólo se escucharon algunas preguntas de los representantes de la sociedad civil.

Fue un buen ejercicio, pero siente éste su servidor que los planes son buenos y bastante interesantes, pero les hace falta aterrizarlos y decir cómo, en qué forma y de cuál manera clara se va a trabajar en la lucha diaria. Quizá el que mejor lo maneja es el Comandante de la Zona Militar, que aterriza varios programas de manera clara, pero los demás -como los representantes del gobierno federal- despliegan mucho “choro” y nada de realidad específica.

Necesitamos conocer cómo, cuándo y dónde deberemos actuar de manera coordinada para dar resultados; desde luego que la idea de que seamos todos juntos, gobierno y sociedad civil, es magnífica, pero es fundamental que discutamos las propuestas específicas y salgamos de ahí con una misión, o al menos con algunos pasos para mejorar la seguridad.

La principal demanda del pueblo morelense es la de seguridad y es verdaderamente importante que en reuniones más ejecutivas, sin tanto discurso, podamos definir qué pensamos y cómo vamos a entrarle todos para mejorarla. Es un esfuerzo importante y qué bueno que lo presida el Ejecutivo Estatal, lo que da la certeza de que será en serio. ¿No cree usted?

VIOLACIONES Y ERRORES EN EL PROCEDIMIENTO DEL CONGRESO ESTATAL

Al parecer, los legisladores locales ni sumar saben, o al menos sus gentes, que son las que los asesoran, no lo saben hacer bien y ni en las sumas le atinaron.

La respuesta del gobernador al Congreso los deja realmente muy mal parados.

Invadieron facultades del Ejecutivo, trastocaron el proceso parlamentario y fallaron en estimaciones, según el documento que el gobernador les envía como respuesta, de acuerdo a las facultades que le confiere la ley.

El Ejecutivo demuestra en este documento de observaciones, con base en la ley, cuáles son las fallas, cuáles las violaciones y cuáles los errores hasta de sumatoria en las columnas que forman parte del presupuesto aprobado.

Pero lo grave no es nada más que se hagan observaciones, sino lo que conlleva en un documento tan importante como el presupuesto -que es el que debe de regir el gasto del gobierno local durante todo el año y que es la base del desarrollo del estado en este periodo- en el que se incurre en esa cantidad de errores que llega al absurdo, como en el cálculo de ingresos por 509 millones 600 mil pesos por control vehicular, sin tomar en cuenta que, al no aprobar el reemplacamiento, el ingreso bajará de manera sustancial.

Lo mismo ocurre con las estimaciones de ingresos por verificación vehicular, que el Ejecutivo había establecido en 4.75 millones de pesos, y fueron elevadas por los legisladores hasta 50 millones de pesos sin fundamentación alguna. Así lo establece el documento de observaciones que les da palo en forma constante. Los errores son verdaderamente garrafales y, a querer o no, tendrán que corregirlos de manera sustancial.

Reasignan ingresos de manera arbitraria, por lo que violan la ley en varios rubros. Pero, desde luego, lo que debería de darles más vergüenza es que las sumatorias de las tablas están mal hechas, o sea que ni sumar saben, y quienes los asesoran en verdad no sirven para nada y deberían irse para su casa, porque no es posible este tipo de errores en un documento de las características del presupuesto que en realidad es indispensable para el estado.

Ahora veremos el siguiente capítulo, que será la votación y aprobación de acuerdo con las modificaciones del mismo, lo que nos dará una idea de si las visitas y las políticas adoptadas por el Gobierno del Estado funcionaron o no, por lo que veremos qué nos espera con este estilo de gobernar en los años venideros. ¿No cree usted?

 

Por: Teodoro Lavín León

totolavin@outlook.com

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