Este es un resumen del artículo del Dr. Medardo Tapia publicado en una revista especializada el pasado mes de junio.
La importancia de la investigación, sobre todo para los países donde seguimos viviendo la inseguridad y que tenemos exactamente los mismos problemas, si reunimos muchos de los factores de las tres ciudades estudiadas, nos damos cuenta de que exactamente la misma problemática y sus raíces -que de una forma u otra influyen en nuestra cotidianeidad- cada día nos tienen al borde del colapso, en medio del miedo y la violencia que crece indiscriminadamente.
La lección y el aprendizaje que estas páginas nos dan, son el esfuerzo concentrado de años de investigación y de trabajo, donde se nos muestra y se nos demuestra la realidad del fenómeno del aumento y crecimiento de la delincuencia en tres ciudades latinoamericanas, diferentes y parecidas a la vez, reunidas en que los factores de una u otra manera son los mismos, con sus bemoles, ya que en los tres se acumuló la violencia delictiva mediante una matriz social y cultural del narcotráfico, el tráfico del poder político y la captura del estado y la sociedad.
En cada una se dio de manera diferente, “en Medellín contribuyeron a esa acumulación movimientos políticos armados y paramilitares, mientras que en Río de Janeiro lo hizo un golpe de estado. El Estado y la ciudadanía lograron reducir la matriz de acumulación social de la violencia en Medellín y, en menor medida, en Río y Juárez, mediante procesos de resiliencia y renovación de la política, los congresos, los gobiernos, una gestión policial de proximidad comunitaria, inversión social y procuración de justicia en cada ciudad. La sociedad civil contribuyó a la ruptura del ciclo y la matriz de acumulación social de la violencia, de manera distinta en cada ciudad, principalmente mediante un proyecto político en Medellín y la movilización política en Juárez y Brasil, pero también con organizaciones originarias desde las favelas”.
Si analizamos el trabajo en cada una de sus partes, nos daremos cuenta de que su importancia es fundamental para todo aquel que esté interesado en entender qué pasa y el porqué del crecimiento de la violencia en nuestras ciudades y, desde luego, en nuestro país.
El querer solucionar con policías el conflicto es imposible, ya que, como podemos enterarnos en el texto, muchas veces son parte de lo mismo. El texto cuenta con gráficas muy claras del crecimiento de la violencia y los asesinatos en cada una de las ciudades, así como del coeficiente Gini, que es una medida de la desigualdad; para medir está la desigualdad en el ingreso de los habitantes de un país o provincia o ciudad.
Este artículo presenta resultados de una investigación que hace una comparación histórica de procesos de acumulación social de la violencia en tres ciudades latinoamericanas paradigmáticas de la violencia entre 1980 y 2016: Ciudad Juárez, Medellín y Río de Janeiro, para responder a dos preguntas: ¿cómo se acumula social y culturalmente la violencia mediante el tráfico de mercancías ilícitas y mercancías políticas en Ciudad Juárez, Medellín y Río de Janeiro? y ¿cómo actúan el Estado y la sociedad civil para romper estos procesos y matrices sociales de acumulación de la violencia para resistir y transformarlas en procesos de resiliencia, que renueven instituciones políticas y la propia sociedad ante esa cultura de ilegalidad, corrupción y violencia?
El Estado mexicano no reconoce que tiene una de las tasas más altas de incidencia de violencia, de captura y corrupción sistemática, de América Latina y el mundo. México registró la tasa más alta de victimización del delito (46%) en Latinoamérica en 2016, junto con Venezuela (48%) (Corporación Latino barómetro [CL], 2016), muy superior a la tasa latinoamericana de 36 %, la de Brasil de 37% y la de Colombia de 34%. Por eso, la delincuencia es el problema más importante del país para los mexicanos, el económico para los colombianos y el de salud para los brasileños (CL, 2016). Y esto ocurre cuando se señala que en 2012 América Latina es la región más violenta del mundo, con 23.9 homicidios por cada cien mil habitantes (pccmh), en comparación “con 9.7, 4.4, 2.7 y 2.9 para África, América del Norte, Asia y Europa respectivamente” (Chioda, 2016: 1). Página 2 Introducción.
Resiliencia es el otro concepto utilizado. La resiliencia se genera en situaciones de crisis para evitar colapsos mediante procesos de autopoiesis —capacidad de seres vivos y sociedades de auto producirse a sí mismos— para permitir a los sujetos vulnerables: medios, procesos y capacidades para ayudarse a sí mismos (Dunn, Kaufmann y Soby, 2015). La resiliencia no es simple resistencia y adaptación para volver al estado anterior al shock del fantasma de la violencia social, sino proceso para transformarse. Página 2 Introducción.
En Ciudad Juárez, después del primer rompimiento del proceso de acumulación social de violencia en la década de los noventa, en una reacción muy clásica en México, las autoridades justificaron la desgracia de miles de feminicidios, pero no hicieron realmente algo importante para detenerlo.
En Medellín, los movimientos políticos armados contribuyeron a la acumulación social de violencia, que junto con el crecimiento del narcotráfico con la instalación de Pablo Escobar en la zona, los movimientos paramilitares son parte de las razones del crecimiento de la acumulación social de violencia.
Interesante. ¿No cree usted?

Teodoro Lavín León
lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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