En medio de una guerra que parece no tener freno ni medida, una imagen logró abrirse paso entre el estruendo de los misiles: un pequeño perro, aturdido, cubierto de polvo, es rescatado con vida de entre los escombros en la ciudad de Rishon Lezion, Israel. El momento fue captado en video y rápidamente se volvió viral. No por tratarse de un hecho aislado, sino porque pone rostro —y patas— a las verdaderas víctimas de una guerra que no discrimina entre combatientes, civiles o seres indefensos.
Una imagen entre el caos
El rescatista es Aviv Sarga, oficial de la policía israelí, quien aparece en el video cargando al perro, aún tembloroso, entre ruinas y fragmentos de lo que parece haber sido una vivienda. El clip fue difundido por canales locales y replicado por medios internacionales. La escena no dura más de unos segundos, pero sintetiza la brutalidad del momento: detrás de cada cifra de muertos hay historias vivas que resisten por instinto.
| El equipo de rescate de Israel salvó a un perro asustado de un edificio impactado por un misil iraní en Tel Aviv. pic.twitter.com/cREuBNQuSo
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) June 14, 2025
La guerra, otra vez, no perdona
Desde mediados de junio de 2025, el conflicto entre Israel e Irán escaló de forma violenta y sin precedentes. Lo que inició como un cruce de amenazas y ataques indirectos se convirtió en una confrontación frontal, con ofensivas aéreas sobre infraestructura civil y militar en ambos países.
Israel bombardeó instalaciones estratégicas en Irán, incluyendo la planta nuclear de Natanz y zonas sensibles en Teherán. La respuesta fue inmediata: la operación iraní “Promesa Verdadera III” lanzó más de 300 misiles balísticos sobre Tel Aviv, Haifa y otras ciudades densamente pobladas.
Hasta el 15 de junio, los reportes son devastadores:
- Irán: 224 muertos, más de 1,200 heridos.
- Israel: 18 fallecidos, en su mayoría civiles.
Ambos países aseguran que los ataques están dirigidos a blancos militares. Sin embargo, las imágenes muestran otra cosa: hogares destruidos, hospitales colapsados, refugios improvisados que no resistieron el impacto... y ahora también, un perro que milagrosamente sobrevivió.
Las otras víctimas: desplazados, niños, animales
Mientras los gobiernos intercambian culpas, la gente común huye. En Irán, barrios enteros fueron evacuados en el tercer distrito de Teherán. En Israel, miles pasaron noches enteras en sótanos, estaciones del metro y estructuras subterráneas.
Pero lo que rara vez se muestra en la cobertura oficial son los daños colaterales: las mascotas perdidas, los animales que mueren bajo los escombros, los ecosistemas que colapsan, los traumas silenciosos que dejan huella en los cuerpos y las mentes.
El perrito rescatado —cuyo nombre no se ha hecho público— ha sido adoptado temporalmente por el cuerpo de policía local. Su caso recuerda que, en el fragor de la guerra, los inocentes siempre llevan la peor parte.
El silencio de la comunidad internacional
Mientras Israel e Irán insisten en su derecho a la defensa, organismos internacionales condenan el uso de fuerza desproporcionada y la afectación a civiles. Hasta ahora, las medidas diplomáticas han sido ineficaces. Las Naciones Unidas han convocado sesiones extraordinarias sin llegar a resoluciones contundentes.
Lo cierto es que cada día sin alto al fuego deja nuevas víctimas: madres desplazadas, niños traumatizados, jóvenes alistados sin elección y animales atrapados en un conflicto que no entienden pero padecen igual.
¿Una foto que detenga una guerra?
Probablemente no. Pero sí puede cambiar la forma en la que hablamos de ella.
El caso del perrito rescatado en Israel es un recordatorio visual, directo y emocional de que la guerra no tiene bandos justos. Tiene consecuencias. Y casi todas recaen sobre quienes no la eligieron.