CUERNAVACA, MORELOS.- Para José Antonio Gumler, actual administrador de la Torre Latinoamericana, todo cambió en cuestión de segundos, ya que mientras se bañaba en el último piso de este emblemático inmueble de la capital, ocurrió el sismo y al salir se enfrentó con una realidad que nunca imaginó.
"Me estaba bañando en el último piso precisamente y todo sucedió en un instante, lo más impresionante fueron los sonidos, escuchar los 45 mil litros de agua que estaban allá arriba caer, los vidrios explotando, las piedras cayendo, lámparas estrellándose", recuerda.
"Había demasiados gritos llamándome, pensé lo peor, pensé que había mucha gente muerta en el edificio; nos regresamos una cuadrilla -tras concentrarse en el patio- a los pisos tercero y cuarto a rescatar a gente sobre todo de la tercera edad, y ya que nos aseguramos que todos estaban abajo -analizaron lo qué pasaba-", abundó.
Al salir, comprobó la destrucción; el torreón había colapsado sobre la calle Degollado, ahí la adrenalina se apoderó y comenzaron con la evacuación de los habitantes de estos edificios, así como de las personas que iban en la ruta.
A un año del sismo, José Antonio Gumler expone que no han parado, entre que tuvieron que irse a vivir a otros lados, buscar y hacer las gestiones para tener los peritajes que las autoridades les pidieron y después, conseguir que el escombro sea quitado por completo.

"Lo estaba escuchando dentro del departamento, pero el salir a los pasillos y ver que ya no existía el torreón, ni el lobby, que era el máximo orgullo del edificio, y enterarme que había gente muerta, fue bastante dramático."José A. Gumler,  tesorero

Torre. A un año, el escombro continúa y la calle sigue cerrada.

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departamentos en la Torre Latinoamericana.
 

Por: Omar Romero
omar.romero@diariodemorelos.com

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