La derecha, a diferencia de la izquierda, es difícil de explicar aunque son actitudes y posiciones antagónicas, la izquierda es una forma de vida y la derecha es una posición política determinada y es una forma de cómo ver su realidad personal. En ella el individuo de derecha piensa y actúa bajo las premisas de que las cosas son como son y así deberían de continuar. De derecha es aquella persona que acepta el orden social, las jerarquías, ya sean políticas o sociales, como una actitud inevitable, natural, normal o deseable.
Por lo general el ciudadano de derecha se basa en el derecho natural, la economía personal y las tradiciones intocables. Aquellas personas que son de derecha le rinden pleitesía al individualismo frente al colectivismo, es decir que le es más propio el vivir para sí y estar alejado de los problemas del vecino porque no son los de él y no quiere ser impertinente o meterse en la vida de los demás, pues no permite que los demás se metan en su vida.
El ciudadano de derecha está más identificado con la religión que con el laicismo y se inclina más por la propiedad privada que por la propiedad pública. La gente de derecha va en busca del derecho a las oportunidades, sin importarle la igualdad de resultados para los demás. Por tanto es quien prefiere el tradicionalismo a la reforma social.
La gente de derecha prefiere la política conservadora a la política del progreso. De ninguna manera quiere decir que se oponga a la modernidad y a los avances tecnológicos, siempre y cuando estos estén a su servicio, sin importarle que lo sean a la comunidad. Dentro de las fuerzas políticas de la derecha, en la actualidad se habla de la riqueza a través de la libre competencia.
  El término de Derecha Política logra producir un conflicto interno a los derechistas, cuando siente que algo es extremoso hacia la comunidad, su inclinación hacia su comodidad los hacen volver la cabeza hacia el otro lado. La gente de derecha tiene problemas consigo mismo cuando está en contacto con una sociedad de posiciones liberales, en cuanto a economía y democracia, ya  que al estar frente a esas posiciones, toman vida las tradiciones de derecha, como el capitalismo, los conservadores, la gente reaccionaria y religiosa.
Entonces entre los de izquierda y los de derecha, emergen las corrientes ideológicas de lo más diversas, al grado tal que hay un rompimiento difícil de superar y cuya separación puede ser tajante. Sin embargo, en cierto momento puede llegar a ser compatible, al buscar ambas el mantenimiento del orden social establecido, en que el liberal se vaya un poco hacia el tradicionalismo y el de derecha deje de ser tan conservador.
El hombre de derecha en oposición al del liberal, enfatiza en la posición del libre mercado por encima de la intervención de las administraciones públicas y busca potenciar valores y derechos individualistas frente a posiciones colectivistas, solidarias o de inclinaciones nacionalistas, mientras que el sector de derecha es más conservador, partidario de la sumisión colectiva en estructuras rígidamente disciplinadas.
El ciudadano de derecha está a la disposición del orden establecido, de la importancia de la riqueza personal y sobre todo del principio ineludible de que el mercado siempre marcará los pasos a seguir de la administración pública, no así la política será más importante que el libre mercado.
Aunque la derecha es muy difícil de definir si se pretende explicar como un concepto uniforme. La derecha política se ha asociado con los valores éticos y el orden tradicional, incluso respaldando privilegios corporativos sin llegar al sindicalismo, del cual no quiere saber nada.
En fin, que la derecha política es una forma de vida con una misión individualista, una actitud ante la sociedad de defensa de lo establecido y sin más cambios que el progreso de su propia existencia. Pero el ser de derecha, es mucho más que el éxito económico y egoísta. Es la de un ser humano superior al resto de la comunidad.

 LOS 100 DÍAS DE AMLO
Dentro de este tiempo, hemos visto la ausencia de fotos del presidente Andrés Manuel López Obrador como las que se acostumbraba colocar de los presidentes anteriores como un ritual en las oficinas oficiales desde hace casi cien años.
De igual manera se bajaron los sueldos de los integrantes de los tres poderes, homologándolos según la constitución, con el del presidente de la República, en este caso a no mayor de 108 mil pesos mensuales.
En un principio, desaparecieron las jubilaciones que se les daba a los expresidentes, donde estaba incluido el gasto de decenas de personas a su servicio, gastos médicos para él, su familia y para todos los que estaban a su servicio; autos y camionetas adquiridas con el dinero del erario etcétera, lo que junto se convertía en una millonada durante toda la vida.
Le siguió el comienzo de la Lucha contra la Corrupción y sus leyes como delitos graves, los electorales junto con el Huachicol, el robo de casa habitación, el feminicidio, el secuestro, etc.
Continuó con la cancelación del proyecto del nuevo aeropuerto en la Laguna de Texcoco (NAIM), que afectó a algunos inversionistas a futuro, pues lo que habían invertido se les liquidó.
Luego vino la lucha contra los huachicoleros que ya falta poco para terminar, el remate de las camionetas y de los autos blindados, la puesta en venta del avión presidencial y de más aereonaves, las entregas de dinero a la gente menesterosa de la tercera edad, en cuya lista hasta los ricos se están apuntando. Se está en espera de encontrar un buen sistema para replantear la solución a las estancias infantiles.
Más adelante los  trabajos a jóvenes con un sueldo de 3,600 pesos mensuales y lugar en las fábricas o talleres como aprendices de técnicos y un sueldo a los estudiantes de nivel medio superior y superior universitarios; a los discapacitados, la desaparición del Estado Mayor Presidencial y la inclusión de sus integrantes al Ejército mexicano. El irse a vivir a Palacio Nacional y convertir a la antes residencia oficial presidencial en Los Pinos en un importante museo popular y Las Islas Marías que dejaron de ser prisión, para convertirse en un centro turístico.
De ahí, la rehabilitación de la estatal Pemex, la limpieza del sindicalismo en general, la buena relación con los empresarios de México y la apertura a la inversión extranjera. Y que nadie que haya sido corrupto puede trabajar dentro del gobierno actual.
Para el futuro próximo, la Refinería Dos Bocas, el Tren Maya, el Tren Transísmico desde Coatzacoalcos hasta Oaxaca, las obras inconclusas de Peña Nieto, el robo de medicamentos en manos de la Secretaría de Salud y de tres intermediarios proveedores de medicinas, la reforma educativa, la desaparición del fuero y la Revocación de mandato al tercer año de gobierno.
Y todavía dicen que en esos 100 días el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha hecho nada.

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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