Por qué vendemos tan barato el petróleo y cuando se los vamos a comprar a Estados Unidos en forma de gasolina nos llega muy caro, si se trata de nuestro mismo lubricante. Qué el gobierno no puede vendérselo a otro País que no sea Estados Unidos. En la clase de matemáticas la maestra nos explicó que por eso la gasolina en México es más cara que en aquel País.

Pon atención Armando, cierra tu laptop y escucha que nuestro País depende del 80 por ciento del mercado estadunidense en cuanto a su exportación de productos de toda índole, porque cuando no hacemos, sembramos o maquilamos lo que ellos necesitan, nuestras fábricas siguen funcionando, porque en muchas de ellas es muy caro el dejar de producir y echarlas a andar de nuevo, como en las del aluminio, donde se fabrican las piezas que exportamos para sus aviones y misiles que ellos envían al espacio ya sea para colocar satélites o para hacer cubiertas para fuselaje o para los misiles bélicos; y se quedan las fabricas paradas y sigue costándonos los sueldos de los trabajadores, le dijo Don Ramiro su padre.

Se acaba de firmar un tratado con Estados Unidos y Canadá (TMEC), en el cual una de las más importantes cláusulas están relacionadas con la fuente de energía basada en la petroquímica y en casi todas las otras fuentes de electricidad y al no estar lo suficiente claro o pretende EU no entenderlo bien aún está en discusión, como las patentes en todo lo que respecta a las nuevas tecnologías, a los medicamentos.

Porque según el T-MEC, está prohibido vender medicamentos genéricos (más del 90 por ciento de las medicinas que tiene el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); el Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el Hospital de Petróleos Mexicanos (Pemex), son medicamentos genéricos para poderlos ofrecer a sus derechohabientes sin tener que pagar esos escandalosos precios de los se aprovechan los laboratorios.

Dirán que esos son inversionistas y que no vienen a regalar su dinero, está bien que ganen, pero no que exploten al ciudadano mexicano y se aprovechen del dolor humano, más lo que ganan las farmacias locales a los medicamentos de patente. Se sabe que hay muchos médicos cómplices que sólo recetan medicinas de patente para que les obsequien viajes por todo el mundo o por lo menos algún regalo, lo bastante caro para que sigan recetando sus productos.

Las fábricas mexicanas, las que en su gran mayoría son de inversionistas extranjeros y se aprovechan el tratado con Estados Unidos para exportar su producción, cubriendo una gran parte de la cuota para incursionar en su propio mercado al conseguir la mano de obra barata y nuestros propios recursos, como los minerales a muy buen precio.

La maestra Cristina expresa que debemos aprovechar que nuestras relaciones con Rusia, China y la India se han fortificado con su envío de vacunas contra el Covid-19, para diversificar nuestras relaciones comerciales con ellos, ya que la Pfizer de Bélgica no se da abasto en su producción, la AstraZeneca de Inglaterra y la Johnson del país del norte están entregadas a las necesidades de Estados Unidos y nos mandan la vacuna a gotas. Dicen que a este ritmo, México tardará cinco años en terminar de vacunarse.

Yo creo expresó el papá, que la pandemia va a cambiar las relaciones y las necesidades de casi todos los países. La economía, las necesidades en el cambio de producción, van a traer nuevas alianzas entre las naciones. Por ejemplo, a China con quien se tiene una buena relación comercial al se le puede vender todo tipo de producción del campo mexicano en productos agrícolas porque ellos no se dan abasto para tanta gente, (y menos ahora que los alimentos están escaseando al ir cambiando de clases sociales en el país asiático como el estudiante, que ya tiene la preparación universitaria y no quiere seguir de campesino), los pequeños mercados locales, ya se volvieron grandes almacenes de carnes, pescados y verduras que nosotros les podemos vender, así como el petróleo o la gasolina, que para eso ya tendremos la refinería de Tres bocas y las otras seis que estaban paradas pero que ya las siete están por producir.

Entre las grandes empresas chinas que funcionan en México están los cosméticos, la moda oriental y occidental en cuanto a calzado, ropa y enseres de muy buena calidad, no como lo que nos manda nuestro vecino estadunidense, el que importa de China y lo revende a nuestro País de la peor calidad. También están importantes empresas de gran calidad y renombre como: Lenovo, Huawei, Hisensen y Jac Motors. Especialmente los automóviles que se mueven a base de electricidad. La República Popular China ya tiene una inversión en México de más de 400 millones de dólares en sociedad con firmas mexicanas, mientras que las compañías Bimbo, Maseca y Nemark, junto con otras, tienen sus inversiones en el gigante asiático.

Las posibilidades de entrar en un programa de inversiones con China es de los más atractiva por las razones de colarnos al resto de Asia, a África y al Medio Oriente, donde Turquía y el resto de los países árabes están dispuestos a entablar una buena relación económica con México, a sabiendas de las oportunidades que se le brinda a las inversiones del exterior.

Con India tenemos la oportunidad de intercambiar tecnología farmacéutica, pues ellos tienen la tecnología y nosotros las capacidades de compra para los medicamentos genéricos que no podremos conseguir en Estados Unidos por los tratados comerciales ya suscritos. A India le podemos vender gasolina y sobre todo el cambio de información sobre las epidemias que ambos países han y siguen sufriendo. “Porque este virus es uno de los primeros que atacan fuerte a todo el planeta y habrá que estar preparados por si llegan muchos más”.

En cuanto a Rusia, existe una cooperación entre compañías petroleras nacionales y la rusa Lukoil, la cual es la más grande de aquel país, están las mexicanas: Binbit, Gruma, Kitzania, Katcon, Mexichem y Nemark, las que operan en esa nación.

En caso de que por cualquiera de los motivos que haya vuelva a fallar el gas que mandan de Houston, Texas, está el gasoducto ruso que le vende a China y a toda la Unión Europea y que podría enviarlo a través de aviones o barcos de gran calado, aunque el gas ruso es un poco más caro, ya que nadie puede competir en precio con el que vende Estados Unidos. Pero cuando se necesita y no hay, nada de lo que cueste es caro.

Por todas estas y otras razones. Por eso, México, calladito, haría bien en diversificar su comercio porque en cualquier momento en que hagamos un movimiento que no le guste a los Estados Unidos. “El acero sube el 50 % de aranceles y se prohíbe comprarle a México aluminio. Se cierra la frontera, nos llevamos nuestras maquiladoras y ya no les mandamos pedir piezas militares a las fábricas de nuestros enemigos los mexicanos”.

Por RAFAEL BENABIB / rafaelbenabib@hotmail.com

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