Las redes sociales están bombardeando con todo tipo de información acerca de la actuación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, respecto a la culpa que tiene en el desabasto de gasolina por buena parte del País. Al igual que los textos, llegan  los videos y los memes contra sus actuaciones. De la misma manera los adeptos al presidente comienzan a contraatacar, defendiendo todo lo que ha logrado, a pesar de sólo estar menos de dos meses en el poder.
Pero las redes sociales no dejan de mandar pros y contras de su trabajo, que hacen que los lectores de tales mensajes se hagan bolas y ellos mismos comiencen a inventar o repetir lo que más les convenga de esa información.
Las compañías radiofónicas ponen su propio punto de vista, la mayoría de las veces con intereses creados, que no tienen ninguna relación con la realidad, al igual que las televisoras que tienen más penetración que esos medios radiofónicos en el entendido que las televisoras son un monopolio de Televisa, con excepción de los canales públicos como el 11, el 14, el 22 y algunos más sin contar a los del resto del País.
Total que las redes sociales, la radio y los noticieros de la televisión dan sus puntos de vista como si fueran la realidad absoluta de lo que debiera ser su obligación como periodistas que es el de exponer la verdad de lo que está sucediendo, porque de otra forma, dejan al público más desinformado de lo que ya estaba.
Sin embargo, existe el contrapeso de la información en los medios escritos, los que no hacen comentarios personales, ni escriben noticias falsas que no estén respaldadas por la realidad o por lo menos con la línea política del editorial del medio, que aunque existen escritos con diferentes puntos de vista de un mismo acontecimiento, no son necesariamente la verdad del asunto, sino la opinión de cada uno de los colaboradores.
Aunque los que manejan el funcionamiento de las redes, quieren y lo están haciendo en parte, amainar los mensajes negativos, insultantes y excesivos, como por ejemplo en el “Watshup” que antes se podía enviar un mismo escrito o blog a todos los contactos del usuario; después lo limitaron a veinte contactos y hoy en día sólo se puede repetir a cinco de los mismos.
De todas formas, las informaciones a través de las redes sociales sólo logran enredar lo que realmente está sucediendo en el mundo entero, ya no digamos en el País.  
Dentro de sus noticieros, las televisoras y las radiodifusoras pueden tergiversar lo que comenta algún personaje. Decir a medias lo que el presidente expresó, editando lo que les dé la gana o poner una información sesgada, para que quien la reciba la interprete de otra forma.
Pero eso no se puede hacer dentro de un medio escrito, porque corre el riesgo de ser demandado judicialmente o en el mejor de los casos perder credibilidad entre sus lectores, mientras  que dentro de las redes sociales ya existe mucha gente que se está dando cuenta que quien escribe a veces es un columnista serio que se apega a la realidad o una persona que sólo repite lo que oyó en la radio, en la televisión o dentro de las mismas redes sociales.
Ejemplo de esto es el de los huachicoleros a quienes se les defiende y justifica por su condición económicamente precaria y que no son los verdaderos ladrones del hidrocarburo y se les acusa de ser cómplices de los ladrones y quienes no merecen ayuda sino cárcel y esos puntos de vista logan descontrolar a los blogueros, quienes repiten lo que leyeron y además incluyen algo de su imaginación.
De esa misma noticia, quien escribe la editorial del periódico debe de tener mucho cuidado, porque si bien existe la libertad de expresión, antes de ponerlo en blanco y negro se tiene que efectuar una investigación completa y dar la noticia lo más apegado a la realidad.
 O sea, que las redes sociales no son tan creíbles como se piensa o por lo menos, van a dejar de serlo poco a poco, a menos que quienes las usen tomen conciencia de lo que escriben, cosa que se piensa es casi imposible por la facilidad de la comunicación y en especial por el anonimato de los blogueros.
Lo más peligroso de estos casos son los videos arreglados con fotoshops, los que son fáciles de editar en cualquier dirección que se pueda, como una conferencia del jefe de policía diciendo que acababa de matar a veinte delincuentes, cuando éste sólo dio la noticia de que está tras la pista de estos o algunos de ellos. De la misma forma le llegan a cambiar la cara y las expresiones a un secretario de estado o al mismo presidente y lo muestran desencajado, haciendo creer al lector que lo detuvieron por borracho, mientras si lo presentan en el periódico él está realmente premiando a algún policía por su valor o su honestidad.
Por desgracia los mexicanos no estamos acostumbrados a leer más que los encabezados de los periódicos y creemos que esa es toda la noticia, sin llegar a enterarnos del resto de la información. Aún así, las redes sociales poco a poco están perdiendo su intención original, que era el de expresar las inconformidades acerca de la actuación de las autoridades y poder intercambiar puntos de vista con quien piensa diferente.
Aunque, en el mejor de los casos las redes sociales comenzaron a servir como un lazo de unión entre la gente, para convocar a reuniones, marchas o unir a la ciudadanía en contra de las injusticias del sistema político, la delincuencia o miles de razones por las que el individuo no se puede comunicar con sus semejantes porque los medios facticos están controlados, ya sea por el gobierno, por los intereses económicos de las compañías de radio y de televisión y/o por los de algún particular.
También se había encontrado una vía de comunicación de quienes no se podían expresar con sus vecinos, con la gente en otros lugares que tuvieran los mismos problemas o inquietudes que sus pares; ¿Cómo reportar una toma de agua rota, un bache, un robo, etcétera, si no hay un número de teléfono con quien quejarse y cuando se consigue, les ponen una grabadora o los dajan colgados durante mucho tiempo hasta que la línea suena ocupada?
Poca es la gente que quiere ir al Ministerio Público a reportar cualquier caso, ya que hay que perder todo el día y regresar a ratificar la denuncia. Aún así, dicha acta se mete hasta el fondo del escritorio del M.P. Y la gente sale descorazonada porque no hay a donde ir a protestar.
El asunto de las redes sociales serían de nuevo tan eficientes o más que cualquier medio de comunicación, si quienes las usan tomaran conciencia de su importancia y de la responsabilidad que cada uno de los usuarios, las maneje en beneficio de la comunidad.

Por: Rafael Benabib / rafaelbenabib@hotmail.com

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