Esta frase ya se ha hecho famosa entre los cibernautas, ya sean de los simpatizantes de izquierda (algunos del gobierno actual o de derecha asi como de los adversarios o de los seguidores).
A través de los que manejan el Facebook, el Twit, el Watts App, Instagram, You tube o por correo electrónico, la gente ya se está integrando al conocimiento de la política nacional, a las promesas de los políticos y a las críticas de sus contrincantes y así se van informando de lo que está sucediendo en el País, a la vez que ya la gente puede intervenir libremente expresando su sentir, sus propuestas, las críticas, los análisis, sus aplausos o burlas, sin ser perseguidos por las autoridades y por los admiradores de la oposición que funcionan como verdaderos críticos.
También a través de sus miembros, durante las ruedas de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, de los periodistas, los que le hacen preguntas y señalamientos en los que muchas veces arrinconan al presidente, quien tiene que acudir a su gabinete para que explique de tal o cual acción u omisión, ya que el que no lo ve por televisión, porque sus mañaneras son a hora temprana o porque tienen que ir al trabajo o a dejar a sus hijos a la escuela o simplemente porque quieren dormir un poco más.
Estas personas pueden tomar su Ipad, su celular o su computadora o ver más tarde las noticias en la televisión y así se enteran de todo lo que se informó y se replicó en esa reunión. De esa manera pueden expresar su opinión ya sea sobre lo tratado, en contra de lo que dijo el presidente o en lo acertado de él mismo y de los miembros de su gabinete.
La oposición que no es parte del gobierno o de alguna tribuna oficial también usa esos medios electrónicos para emitir sus desacuerdos, criticarlos, hacer propuestas o todo lo que quieran expresar, al no poder decir personalmente cuáles son sus puntos de vista y preguntas que el cibernauta logra trasmitir por medio de las redes sociales.
El grado de politización del ciudadano se ha desarrollado expotencialmente gracias a las “benditas redes sociales”, a través de las cuales el público se entera de los puntos de vista y opiniones del resto de los cibernautas y gracias a ese análisis, se ve empapando de las razones del gobierno, de las preguntas de la prensa, de la oposición, del respaldo que se le da al presidente, de las caricaturas que hacen de él y de su gabinete, así como de los insultos excesivos del pequeño grupo que desea entender de política, ese espacio al que cree no pertenecer y al faltarle argumentos para intervenir, ignoran lo que sucede al no haber espacios de expresión y quizás por esa razón no han aprendido a analizar los recovecos de la política mexicana e internacional.
Un ejemplo de ello es el cobarde ataque contra la familia LeBarón en el cual fallecieron mujeres y niños de su comunidad mormona de nacionalidad mexicana, quienes fueron masacrados aparentemente por miembros de la delincuencia organizada, los que pidieron a las autoridades estadunidenses su intervención con tropas para defenderlos de tanta inseguridad y muerte. Gracias a las opiniones de las redes sociales, los que envían estas noticias antes que los medios, se tuvo conocimiento que tal petición fue avalada por Donald Trump, quien amenazó a México de intervenir con sus tropas para perseguir a los narcotraficantes, quienes son “terroristas mexicanos”, “penetrar a sus lugares, ir tras ellos y borrar a todos esos delincuentes de una vez por todas”.
Por medio de las redes sociales la gente se enteró que esta comunidad ha vivido en México durante años, que tienen ambas nacionalidades la de México y la de Estados Unidos. Cómo es posible que pidan la intervención extranjera por el sólo hecho de tener también su nacionalidad. Siendo que además este señor que se ufana de haberla pedido, hasta en México fue diputado por el PRI.
Por medio del Facebook, un licenciado del Estado de México explicó que el caso similar sería que una persona viviendo en España, el que como muchos, tuviera la doble nacionalidad mexicana y española, pidiera la intervención del Ejército Mexicano para resolver el ataque terrorista en la estación Atocha de trenes en Madrid, donde murieron decenas de mexicanos, también con la doble nacionalidad y muchos cibernautas a través de las redes sociales opinaron que eso sería atentar contra la soberanía de España, como lo fue la petición de ese mexicano llamado LeBarón lo hizo contra nosotros al llamar al país vecino.
Y mientras varios twiteros lo llamaron traidor a la patria, tuvo la desfachatez, junto a un dolido escritor y poeta mexicano que lo apoyó, de organizar una marcha contra los programas del presidente Andrés Manuel López Obrador pidiéndole que renunciara.
Y así se repiten muchos casos en que el público se puede defender de ataques infundados o hacer aclaraciones de lo que haya salido en algún medio, sin tener que levantar una acta al Ministerio Público que en lugar de aclarar un error, aunque ganara el caso, se metería en un conflicto judicial, mientras que respondiendo por medio de las redes sociales, muchos usuarios se enterarían del caso y la persona ofendida habrá soltado todo su coraje sin dañar a nadie.
A través de las redes sociales, cualquier ciudadano se puede comunicar con el presidente o con cualquier encargado del programa social que desee, como el que no hayan terminado la carretera que empezaron, o que no supiera la forma de entrar a algún programa oficial como, Sembrando Vida o quejarse del cobro desmedido del gas, de la gasolina o la falta de agua potable en su hogar o en su colonia y de seguro que le va a llegar una respuesta; su petición va a ser reportada y tendrá la solución más adecuada.
Por medio de las redes sociales se conoce a gente importante en su ramo, por ejemplo si se quiere comunicar con algún escritor, preguntará por él y tendrá varias respuestas y hasta llegará a conocerlo personalmente. Igual si se busca a algún familiar o amigo de quien hace tiempo no sabe nada de él, de seguro que alguien de las redes lo pondrá en contacto con esa persona que quiere encontrar o le dará alguna pista.
El uso de las redes sociales abrió la puerta de la intercomunicación inmediata. Un ejemplo más es la comunicación con los vecinos de la colonia, quienes sin conocerse físicamente, usan el Watts App para poner en alerta de algún imprevisto o posible peligro de gente sospechosa, de alguien que esté tomando fotos de su casa o de la de su vecino y así se comunican a través de las redes en forma conjunta.
Con las redes sociales se puede escribir de política, de religión, de economía, de quejas y alegrías personales y de muchas otras cosas. Por fortuna para toda la gente que quiera comunicarse, se ha abierto un mundo maravilloso que es el de la comunicación.
Rafael Benabib
rafaelbenabib@hotmail.com
