Durante siglos, diversas culturas han sostenido que el pensamiento tiene poder. Pero ¿y si ese poder fuera tan grande que pudiera dar vida a un ser? Ese es el concepto detrás de las tulpas, entidades mentales que, según sus creyentes, pueden adquirir conciencia propia y existir de manera independiente a quien las imaginó.

 

Hoy, este fenómeno —que mezcla espiritualidad, psicología y cultura digital— ha pasado de los monasterios del Tíbet a los rincones más profundos de internet.

 

 

Un origen espiritual en el Tíbet

 

El término “tulpa” proviene del budismo tibetano, donde describe una forma de pensamiento o manifestación mental creada a través de la meditación profunda y la concentración.

Los monjes más avanzados afirmaban poder materializar imágenes o seres mediante la disciplina espiritual, como una demostración del dominio de la mente sobre la materia.

 

Según la tradición, el objetivo no era crear “amigos imaginarios”, sino alcanzar un nivel de conciencia tan elevado que el pensamiento se volviera tangible.

 

 

La idea viaja a Occidente

 

En el siglo XX, la exploradora y escritora Alexandra David-Néel relató en sus viajes por el Tíbet cómo supuestamente vio la creación de una tulpa: un monje generó con la mente la figura de un monje sonriente que, con el tiempo, cobró autonomía.

Este relato despertó el interés de ocultistas, psicólogos y escritores, que vieron en las tulpas un puente entre lo espiritual y lo psicológico.

 

Con el tiempo, el concepto fue reinterpretado en Occidente como una especie de “entidad psíquica”, producto de la imaginación sostenida y la concentración.

 

 

El fenómeno moderno: tulpas en Internet

 

En la era digital, el término renació en foros como Reddit y 4chan, donde miles de personas afirman practicar la “tulpamancia”: la creación intencional de una tulpa como acompañante mental.

 

Los “tulpamancers” describen a sus tulpas como voces internas con personalidad propia, con las que conversan, juegan e incluso discuten.

Algunos las consideran una forma de autoconocimiento o terapia emocional; otros, un experimento de control mental o una expresión moderna de soledad.

 

Hay comunidades enteras dedicadas a enseñar cómo “formar” una tulpa mediante visualización, diálogo interno y constancia mental, un proceso que puede tardar semanas o meses.

 

 

 

 

¿Realidad psíquica o alucinación controlada?

 

La psicología moderna no reconoce a las tulpas como seres reales, pero sí ha mostrado interés en el fenómeno.

Expertos en salud mental las comparan con mecanismos de disociación controlada, similares a cuando una persona conversa consigo misma para organizar sus pensamientos.

 

En palabras del psicólogo clínico David Creel, “el cerebro humano puede crear representaciones mentales tan vívidas que adquieren la sensación de autonomía. No son seres externos, pero sí construcciones internas con vida psicológica propia”.

 

Entre la ciencia, la fe y el misterio

 

Hoy las tulpas son parte de múltiples ámbitos: desde la espiritualidad oriental hasta la cultura pop (aparecen en series como Twin Peaks o Doctor Who).

Para algunos, son manifestaciones energéticas reales; para otros, simples productos de la mente.

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